22 octubre 2012

MANIFESTACIONES ANTAGÓNICAS



Los argentinos estamos acostumbrados a dejar las veredas para tomar las calles y dejar que los pies tiendan a orientar la historia en diferentes sentidos. Hay manifestaciones que significaron un clivaje en la historia como el 17 de octubre de 1945, que dio origen al peronismo y representación a la naciente clase obrera, integrada por los descendientes de los derrotados de las guerras civiles argentinas del siglo XIX. El Cordobazo del 29 de mayo de 1969 alentaba un cambio de modelo económico y social, en la confluencia de obreros y estudiantes en la ciudad tomada. Carentes de una representación política, la potencia de las enormes fuerzas desatadas posibilitó una aspiración largamente acariciada por las mayorías populares proscriptas, que fue el regreso de Perón. Los acontecimientos del 19 y 20 de diciembre del 2001, donde fraternizaron sectores excluidos con franjas medias en tren de descenso social, víctimas de la convertibilidad y del remate del país, facilitaron el surgimiento del kirchnerismo, que tomó nota de la necesidad de un cambio de lenguaje y de política.
Tres manifestaciones que cambiaron el rumbo de la historia que se estaba escribiendo.
Pero hay otras que fueron importantes, que significaron virajes de corta duración, que podrían caracterizarse como manifestaciones no plebeyas. Esas que protagonizaron casi con exclusividad franjas de clase media, generalmente dando la cobertura popular a intereses ajenos y a veces hasta antagónicos. De esas se ocupa esta nota, sin que su enumeración y análisis sea taxativo sino meramente enunciativo.

MANIFESTACIONES NO PLEBEYAS
Agosto de 1944. La Argentina semicolonial es dependiente de Inglaterra en lo económico, tributa a Francia en lo cultural y a Alemania en lo militar. Se produce la liberación de Paris, ocupada por los nazis. El acontecimiento es aprovechado por los sectores medios furiosamente irritados con el Secretario de Trabajo, el ascendente Coronel Perón, para decirle en la calle que pronto se recuperaría Buenos Aires de la insolencia de los “negros” que él alentaba. Que la liberación de París, referente cultural de la inteligencia colonial, era el mero prólogo de la recuperación de Buenos Aires de los nazis vernáculos. Así lo relata el político e historiador Jorge Abelardo Ramos: “En agosto de 1944, cuando París es rescatada de la ocupación alemana, la cipayería en bloque en Buenos Aires sale a la calle a festejar como propio el acontecimiento. La Plaza Francia hierve de una muchedumbre exaltada, que vincula esa liberación con el futuro derrocamiento de los “nazis argentinos”. Borges, el orfebre bizantino, discierne un aspecto esencial del acto multitudinario: “Esa jornada populosa me deparó…..heterogéneos asombros; el grado físico de mi felicidad cuando me dijeron la liberación de París, el descubrimiento de que una emoción colectiva puede no ser innoble”
Septiembre de 1945: Una multitudinaria marcha “Por la Constitución y la Libertad” recorre las calles del centro porteño contra el gobierno, pero  fundamentalmente contra Perón que ya detenta tres cargos, incluido el de vicepresidente del Presidente Edelmiro Farrell. La misma tendría consecuencias cercanas: el desplazamiento de Perón y su detención en la isla Martín García.
Así lo describió Jorge Abelardo Ramos: “El viejo centro cosmopolita fue articulado en todas sus profesiones, capas y grupos sociales a través de todas las instituciones del clásico orden agrario, para mostrar al ejército el carácter insensato de la política adoptada por Perón. Por la avenida Callao desfilaron gruesas columnas: del brazo marcharon Joaquín S. de Anchorena, el antiguo guardia blanca  de 1919 con el comunista Rodolfo Ghioldi, Nicolás Repeto y Antonio Samtamarina. Desde los balcones del Hotel Savoy, Ricardo Rojas aprobó con parquedad incaica a la briosa multitud. Esa tarde, Carlos Sánchez Viamonte presentaba un escrito a la Suprema Corte pidiendo que se declarara acéfalo el Poder Ejecutivo y que el Tribunal asumiera el poder. A partir de ese momento, los acontecimientos se desencadenaron como un huracán. En la guarnición de Campo de Mayo tomaron la iniciativa los oficiales antiperonistas para que presionaran al jefe de la guarnición, el general Eduardo Abalos, para que exigiera la renuncia de Perón. Durante tres semanas se vivió en las guarniciones un debate incesante que terminó en un virtual ultimátum a Farrell. Entre el 8 y 9 de octubre, Perón fue despojado de sus cargos de Vicepresidente de la República, Ministro de Guerra y Secretario de Trabajo y Previsión. Retirado a su casa particular, fue finalmente detenido por razones de “seguridad personal”, según Farrell y conducido a la isla Martín García. Buenos Aires se transfiguró. El éxtasis fue general: jamás la democracia derramó lágrimas tan puras. La gente se abrazaba en la Bolsa. Los brindis se sucedían en el Barrio Norte, las flores cubrían las calles. En los aledaños de la Plaza San Martín  y a lo largo de la calle Santa Fe se agitaban multitudes victoriosas. Los autos particulares rebosaban de banderas, como cada vez que un gran infortunio se abate sobre la Argentina. Los corresponsales extranjeros, con los ojos enrojecidos por la vigilia, acumulaban cables hacia el exterior. Había caído el Hitler sudamericano. ¡Al fin! Las sirvientitas santiagueñas que servían las copas en los hogares respetables del patriciado vacuno, oían en apretado silencio los gorjeos de las exaltadas señoras.  Una calma siniestra envolvía los barrios obreros  del Gran Buenos Aires. Los órganos del periodismo colonial rompían su austeridad tipográfica y titulaban a toda página. Una alegría indescriptible, que sólo aquellos que vivieron las jornadas pueden recordar, inundaba toda la crápula de la vieja Argentina……Mientras la Marina, al servicio directo del imperialismo, discutía con el Ejército, en los amplios canteros verdes que rodeaban al Círculo Militar se solazaban los vástagos de la oligarquía y los personajillos de medio pelo que aclamaban a los almirantes. Sirvientes solícitos servían refrigerios a las niñas. La política y la “gente decente” eran una sola y misma cosa. Nunca la moda estuvo tan cerca de la política ni la política fue tan chic. Deslizándose entre los núcleos de la alta sociedad, los stalinistas y socialistas distribuían volantes exigiendo el gobierno a la Corte. Pelagatos y cajetillas compartían una hora irrepetible. La policía miraba con aire indiferente a la animada concurrencia, algunos raterillos robaban vasos finos, abandonados sobre el césped; grupos de afónicos estudiantes voceaban estribillos contra la dictadura. La tarde era verdaderamente agradable, el clima plácido aunque algo turbador. El resto de la ciudad permanecía en calma; todo el país esperaba.”
Los mismos hechos son contados por Felix Luna en “El 45”: “En verdad como fuerza política, la Marcha fue admirable. Varios camiones con altoparlantes transmitían marchas, consignas, arengas, centenares de “comisarios” aceleraban o retardaban el paso de la columna, mientras otros se ocupaban de vigilar las bocacalles y proximidades en previsión de eventuales provocaciones –que no se produjeron-. Grandes cartelones con las efigies de San Martín, Belgrano, Moreno, Rivadavia, Echeverría, Mitre, Urquiza, Sarmiento y Roque Sáenz Peña reclamaban el patrocinio de toda la historia para el acto. Casi cien carteles más, portados por los manifestantes, citaban frases de la Constitución Nacional y de los próceres. ….La Universidad – estudiantes, profesores- se habían volcado allí; virtualmente no hubo actividad en los Tribunales, muchas fábricas dieron asueto a su personal al mediodía: “Cerraron sus puertas todas las casas de comercio de la ciudad” exageraba La Prensa, pero no demasiado. La huelga de  los empleados tranviarios no había afectado mucho a la concurrencia: la gente concurría  a través de otros medios y días después, repuesta del impacto, la única voz periodística que respondía al oficialismo, “La Época”, diría con resentimiento: “¿Que los iba a afectar la huelga de transporte? ¡Si todos iban en automóvil! No todos iban en automóvil a la Plaza del Congreso. Pero la composición del público era, a ojos vista, de clase media para arriba……..el Daily Mail de Londres, diría que la marcha  “fue una demostración política, pero ni Bond Street podía haber hecho una exhibición tal de  modelos y ni aún Mr. Cochran, el conocido empresario teatral, lograría reunir tantas mujeres bonitas para exhibirlas en una mezcla semejante de pasión política y de alegría”.
Preso Perón, la manifestación en la Plaza San Martín el 12 de octubre de 1945, pidiendo los manifestantes que el gobierno pasara a la Corte Suprema, la describe Felix Luna con precisión:                   “Pero salvando exageraciones es indiscutible que esta concentración fue como si la cabecera de la Marcha del 19 de septiembre hubiera instalado allí su vivac”. Sobre la misma escribió el diario “La Prensa”: “Era un público selecto formado por señoras y niñas de nuestra sociedad y caballeros de figuración social, política y universitaria…..”                     
         
Junio de 1955. La Iglesia se enfrenta al gobierno que un año antes establece el divorcio, suspende la enseñanza religiosa en los colegios y suprime categorías discriminatorias y descalificatorias con relación a los hijos nacidos fuera del matrimonio. La celebración de Corpus Christie que debía realizarse un jueves 9 de junio se traslada al sábado 11 para mejorar la concurrencia. Cerca de 200.000 personas, entre las cuales se encontraban referentes opositores, algunos de los cuales lejanos u opuestos tradicionalmente al Episcopado, colmaron la Catedral donde escucharon el sermón  del Vicario General y Obispo Auxiliar Manuel Tato. La multitud que aclamó a los oradores, luego se dirigió por la Avenida de Mayo hacia el Congreso, donde arriaron la bandera nacional y la sustituyeron por la del Vaticano, con improperios contra el gobierno, con insultos contra Evita, muerta tres años antes, arrancando dos placas de bronce que la recordaban.
Cinco días después, los aviones de la Marina bombardearían la Plaza de Mayo produciendo cientos de muertos.
Septiembre de 1955. Jura el Presidente Provisional Eduardo Lonardi y su vicepresidente Isaac Francisco Rojas. Una multitud, fundamentalmente de clase media, con algunos sectores obreros no peronistas,  cubre la Plaza de Mayo. El diario Clarín participa de la convocatoria: Cita de honor con la libertad. También para la República la noche ha quedado atrás". En el histórico predio, ahí donde según Felix Luna, el caudillo entrerriano Pancho Ramirez lo usó de palenque, se escucharon ese día consignas del tipo: “San Martín si, Rosas no”  “Argentinos si, nazis no”; “YPF si, California no.”
Abril del 2004. Hacía pocos días que Néstor Kirchner había hecho descolgar los cuadros de los asesinos Videla y Bignone, pronunciado su discurso en la ESMA, cuando como consecuencia del asesinato de Axel Blumberg, su padre convocó una manifestación al Congreso, propulsada en forma intensa por los principales medios. Sectores humildes que habían padecido asesinatos de familiares se sumaron a una gigantesca manifestación de alrededor de 200.000 personas, en su mayoría de clase media. Parecía y de alguna manera lo era, la contracara de la concentración mucho más modesta que se había reunido para pedir justicia por los crímenes del terrorismo de estado.    
En Clarín podía leerse: “La mayoría se acercó al Congreso por sus propios medios y en forma espontánea. Marcharon contra el miedo, para cambiar la vida cotidiana. Y alentados por la participación de gente común…….Fue unas de las mayores concentraciones desde la vuelta de la democracia …La gente mostraba las velas blancas que luego iluminarían la noche como nunca antes se vio en una protesta.”
Hubo frases pronunciadas por Juan Carlos Blumberg en sintonía con lo que esperaban los asistentes: “Los derechos humanos de la gente y no de los delincuentes”,                             “Convocamos a la gente decente”…. “Los que nos preocupamos por la crianza de nuestros hijos”……”No queremos gente rara en nuestras manifestaciones”. En total realizó cinco marchas, con un número decreciente de participantes. La última fue el 31 de agosto del 2006. En una de ellas, el rabino Sergio Bergman, reemplazó la letra del himno nacional sustituyendo las tres veces que se invoca a la libertad por seguridad. Consiguió  modificaciones al Código Penal, parches que alteraron el necesario equilibrio entre delitos y tabulación de condenas.
25 de mayo del 2008- 15de julio del 2008. Conflicto del gobierno con las patronales agrarias por las retenciones móviles. Iniciado como un conflicto fiscal, pronto se transformó en una pulseada por el poder, un debate sobre las facultades del estado por regular al sector privado 
Las clases medias urbanas de las grandes ciudades, crecientemente enfrentadas con el gobierno, se sumaron y le dieron calor popular a las concentraciones de la Mesa de Enlace. Seguramente en un futuro no muy lejano, será objeto de profundas cavilaciones el motivo por el cual convocantes profundamente antipopulares como la Sociedad Rural y Confederaciones Rurales Argentinas, pudieron reunir multitudes como en el Monumento a la Bandera en Rosario o de los Españoles en Buenos Aires, que no habían conseguido obtener sumando todos los participantes a sus actos de los últimos 50 años. Ciudadanos que no tenían más tierra que la de sus macetas en el balcón, que nunca vieron un grano de soja, salieron a la calle con la bandera argentina y con consignas como “Todos somos el campo”. Algunos grupos de izquierda creyeron identificar a los propietarios sojeros con los campesinos chinos carentes de tierra. A pequeños propietarios pero con propiedades millonarias Morales Solá impúdicamente los denominaba campesinos. Un conocido periodista llegó a calificar al lock-out de cuatro meses como “el 17 de octubre del campo” o “el levantamiento de los pueblos del interior” Expresiones discriminatorias fueron vertidas desde los convocantes: “Nosotros en el Monumento de los Españoles, enfrente el zoológico”. Otras tan totalizadoras como: “El campo es la patria”.     

13 de septiembre del 2012. La importante movilización del jueves 13 de septiembre levantó un abanico de reclamos con la bandera estrella de la inseguridad.  En ese espectro de insatisfacciones existen protestas justas y otras delirantes que son las más fomentadas desde los medios hegemónicos. Un arco de reclamos, algunos pertinentes, otros disparatados, otros fantasmales y algunos sectores duros convocados exhibiendo un odio preocupante. Las redes sociales  y partidos políticos opositores, encontraron un terreno fértil en el cual la movilización se enancó y obtuvo un éxito significativo en varios puntos del país, fundamentalmente Buenos Aires y Mendoza.
Pancartas que iban desde “No a la reelección”, “Basta de dictadura”, “No tenemos miedo”, “Devuelvan el país” “Sí a las conferencias de prensa”, “Libertad para comprar dólares”, “No queremos ser ni Venezuela ni Cuba”  hasta “Volvé Néstor y llevala a Cristina”, “Andá con Néstor,  la puta que te parió”. Otros carteles la acusaban desde montonera a chorra, desde psicótica a perversa. Un pañuelo, imitación del símbolo de las Madres de Plaza de Mayo, usurpado con descaro llevaba la leyenda: “Aparición con vida del sistema republicano, se lo vio por última vez el 25 de mayo de 2003.”  Una cacerolera sostuvo que no quería un golpe pero sí que la presidenta se vaya y otra declaró como una verdad obvia que las mujeres pobres se embarazan para cobrar la asignación por hijo. En la misma línea clasista y xenófoba,  uno de los cantitos entonados era: “El que no salta es negro y K.”

MANIFESTACIONES ANTAGÓNICAS  
Las manifestaciones populares que dejaron una marca en la historia, con el folklore del humo de los chorizos, se realizaron para restituir al hombre que les dio un lugar en la sociedad y en la historia,                  ( Yo te daré/ te daré patria hermosa/ te daré una cosa/ que empieza con P/ Perón)   o para cambiar  el sistema social ( Luche, luche, luche/ no deje de luchar/ por un gobierno obrero/ obrero y popular)  o para decir basta a un modelo que implosionaba.( Piquetes y cacerolas/ la lucha es una sola)
Las manifestaciones no plebeyas, enarbolan consignas como la democracia, la libertad, la Constitución, el NO, no al nazismo, no al peronismo, no al kirchnerismo. Siempre hacen hincapié en su espontaneidad.           
La contienda del gobierno con el multimedio Clarín que tiene frenada la aplicación integral de la Ley de Medios Audiovisuales en dos artículos (el 161 y el 45), que no hacen a la libertad de expresión sino al mantenimiento del patrimonio del afectado, tiene una fecha de vencimiento que es el 7 de diciembre. Ahí no se producirá el principio del fin, sino meramente el fin del principio. El grupo presentará o no su plan de adecuación. En el segundo caso quedará sujeto a las consecuencias que la ley establece. Hace meses que se viene librando una lucha ardua en la justicia para cubrir el juzgado que debe determinar sobre la constitucionalidad de la ley. El resultado, después de tres años de paralización de dos artículos, parece inclinarse a favor de la legalidad.

Por eso cobra un rol fundamental la manifestación del 8 de noviembre donde sobre la coordinación de la marcha realizada por operadores de la blogosfera visceralmente antikirchnerista( blogs con nombres tan ilustrativos como “Yo no voté a la Kretina y Usted”; El Anti K”; “El Cipayo”)  operan los anémicos partidos opositores, fogoneados con todos los recursos y medios por los intereses afectados de la ley de medios, buscando conseguir un impacto superlativo a lo largo de todo el territorio nacional, y en el extranjero manifestando ante las embajadas. Intentarían un efecto de máxima como la conseguida  por la Marcha del 19 de septiembre de 1945 y de mínima, las modificaciones legales de las cinco marchas de Blumberg. En cualquier caso, poner de manifiesto que el 54% de hace un año se ha evaporado y que el gobierno transita un período de creciente debilidad en el que para llegar al 2015, debe retroceder, negociar y pactar. No ha sido esa precisamente la característica del kirchnerismo.  
Por supuesto que una cosa son las intenciones y muy otras las posibilidades que la historia brinde el escenario propicio para concretarlas. Es altamente probable que los que se quedaron observando desde las tribunas en la manifestación del 13 de septiembre, presumiendo su fracaso, integren la misma. Dejen de ser testigos para pasar a ser protagonistas.
El triunfo de Hugo Chávez en  Venezuela, posiblemente haya influido en la disminuida marcha del 10 de octubre, donde confluían los adherentes de las centrales de Moyano y Micheli con los fragmentos del disperso arco político opositor. Si aquellos no deberían tener otro espacio que el nacional y popular que abandonaron y a los que la derrota de Capriles los afectó indirectamente como avance de la ola opositora, a los caceroleros el triunfo del caudillo venezolano actúa de acicate para emprender la presunta cruzada de impedir que Argentina se convierta en Venezuela.
Sería interesante que estas presunciones, sean afiebradas y desmentidas en las próximas semanas.    
Está claro que es una pulseada trasladada a las calles, que el gobierno haría muy mal en subestimar. De la ingenuidad y falta de prevención que se exhibió en la presencia de Cristina Kirchner en dos universidades norteamericanas, se supone que el oficialismo sacó debida nota.
Si no se hará realidad la frase de Mark Twain: “El 28 de diciembre nos recuerda lo que somos los 364 días restantes”
21-10-2012
Todos los derechos reservados. Hugo Presman. Para publicar citar fuente. 

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