18 marzo 2013

RIESGO PAIS


Durante el gobierno de Fernando De la Rúa la sociedad argentina fue sometida al disciplinador infalible que es  el miedo. La amenaza era el default y el termómetro que nos alejaba o acercaba  a esa situación era el índice del riesgo-país. El economista Ricardo Aronskind en su libro que lleva el mismo nombre que esta nota y un subtítulo: “La jerga financiera como mecanismo de poder”, define al mencionado índice como  “la expresión utilizada en el ámbito financiero internacional para aludir a los peligros que corren los prestamistas de no poder cobrar las acreencias a un país determinado.” En una notable transferencia de su temor de no cobrar del prestamista, era inyectado diariamente a los deudores a través de los medios hegemónicos, los pasquines económicos y los gurúes de la city. El  índice determinado es la sobretasa que el tomador del crédito  tiene  que pagar por la presunta inseguridad que despierta.  Los que determinan dicho índice son las calificadoras de riesgo como Standard & Pools, Moody`s,  Fitch, las tres de EE.UU. Su asociación con los prestamistas ha dado lugar a múltiples fraudes, inflando la inseguridad y de esa manera poder aumentar el beneficio de los acreedores a expensas de esquilmar a los deudores.


Como dice Joan Manuel Serrat en “Las Macarras de la Moral”:  “Y te acosan de por vida/azuzando el miedo,/pescando en el río turbio/del pecado y la virtud,/vendiendo gato por liebre/a costa de un credo/ que fabrica platos rotos/que acabas pagando tú.”


DENUNCIADOS EN  EE.UU
En Página 12 del 9 de febrero del 2013, puede leerse:  “El fiscal federal de Nueva York, Eric Schneiderman, comenzó a investigar la actuación reciente de Standard & Poor’s, Moody’s  y Fitch, las tres principales calificadoras de riesgo. La decisión de Schneiderman se conoce tres días después de que el Departamento de Justicia de Estados Unidos junto con distintos estados de ese país iniciaron una demanda civil contra S&P por subestimar los riesgos de los instrumentos financieros estructurados con hipotecas y afirmar que se trataba de evaluaciones objetivas. El reclamo supera los 5 mil millones de dólares………“La conducta de Standard & Poor’s es escandalosa y va al corazón de la reciente crisis financiera”, afirmó el martes el fiscal general Eric Holder al anunciar los cargos contra la calificadora y el reclamo por más de 5 mil millones de dólares. El gobierno de Estados Unidos argumenta que S&P subestimó el riesgo de los Collateralized Debt Obligations (CDO, obligaciones de deuda colaterales que están estructuradas por tramos) e infló sus ratings otorgándoles las mejores calificaciones y así causó que diferentes instituciones perdieran miles de millones de dólares. La demanda no alcanza a las otras dos empresas Fitch y Moody’s, aunque  la investigación de la fiscalía neoyorquina incluye a las tres firmas que controlan más del 80 por ciento del mercado de calificaciones. Las calificadoras de riesgo jugaron un papel activo en el crecimiento de la inestabilidad financiera que detonó con la crisis de las hipotecas subprime. Las irregularidades y los abusos cometidos por las principales empresas del sector están documentados en un informe de 2008 de Securities and Exchange Commision (la SEC, el ente de regulación del mercado bursátil de Estados Unidos) y en las conclusiones de las investigaciones realizadas por la Comisión de Investigación sobre la Crisis Financiera, creada por el gobierno y el Senado estadounidenses. Ambas investigaciones son insumos de la demanda realizada por el Departamento de Justicia contra S&P. Hasta ahora, el único lugar donde las calificadoras fueron juzgadas y sentenciadas por mentir es en Australia, donde un juzgado determinó que S&P había engañado a doce municipios, generándole pérdidas por más de 17 millones de dólares.”
Sin conocimiento académico, pero con un profundo olfato popular, el canta autor Ignacio Copani escribía, mucho antes que el descubrimiento del fiscal federal norteamericano: “En una oficina hay un pobre infeliz /que se siente un genio cuando califica,/ poniéndole nota de riesgo a un país/que ignora en qué parte del mapa se ubica./ En una oficina muy lejos de aquí, /
a los consultores ¨todopoderosos¨, /les sugeriría: pregúntenme a mí,/qué lado del mundo se ve más riesgoso./Por mucho que digan que es muy peligroso/prefiero arriesgarme en mi propio país……../
En una oficina que yo nunca vi/como no vi nunca/lo que me han prestado/calculan la deuda que siempre sufrí/y quieren cobrarla/aunque ya la he pagado…..”

CURIOSIDADES SOBRE LAS CALIFICADORAS
Ricardo Aronskind señala algunas particularidades en el libro mencionado: “Un buen análisis del riesgo crediticio debería incorporar los diversos elementos que permiten volver sustentable una política económica en el largo plazo, y por lo tanto viables los pagos de sus compromisos externos, criterio muy poco frecuente en los 90. En general, el sector financiero internacional tiene serias dificultades para efectuar un análisis equilibrado, ya que está penetrado por una visión sesgadamente ideológica de la economía, que lo lleva a calificar como buenas políticas económicas a las que crean negocios para el sector a corto plazo, independientemente de su impacto en la viabilidad macroeconómica y social del país.  Tras la apariencia de “profesionalismo”, las empresas calificadoras de riesgo son entes fuertemente ideologizados que muchas veces analizan “desde afuera” a determinado país, a pesar de  que son parte del propio proceso analizado, ya que integran de alguna manera sus actividades y también sus ingresos, toda vez que dicho proceso consiste en intermediar activos financieros, canalizar fondos hacia dichas economías e incluso invertir fondos propios en las mismas. Este sector está claramente alineado desde el punto de vista ideológico con un neoliberalismo sumamente precario desde el punto de vista intelectual y pero sumamente aventurero desde el punto de vista económico, lo que lo diferencia del viejo liberalismo, más prudente y realista a la hora de las recomendaciones económicas. El ideologismo de estas entidades las ha llevado a cometer gruesos errores  a la hora de evaluar el riesgo, a pesar de la enorme información que poseen, muchas veces provenientes de los más encumbrados círculos gubernamentales. En todo caso, no es precisamente una versión sofisticada del análisis de riesgo lo que se conoció en la experiencia argentina como índice del Riesgo País.”

RIESGO- PAÍS
La Argentina tiene actualmente uno de los índices más bajos de endeudamiento que surge de comparar la deuda externa con el PBI. Sin embargo, las empresas evaluadoras sitúan el riesgo-país nuestro, mucho más alto que el de España, cuya situación de endeudamiento es muy superior.
No es una evaluación económica sino que incorpora  un alto contenido de castigo político donde se incluye el default del año 2001 y el notable crecimiento posterior sin endeudamiento externo.
Es un pésimo ejemplo, donde queda clara la necesidad de un escarmiento. Es un índice mucho más político que económico, como queda demostrado comparativa y contrastantemente si se recuerda que en septiembre del 2001, a 60 días de la peor crisis económica, el índice de riesgo-país no mostraba signo específico de alarma, cuando el FMI intentó uno de sus salvatajes.
Cristina Fernández lo expresó con claridad en su discurso en el Congreso del 1º de marzo: “En verdad, lo que quieren es que nos sigamos endeudando, porque lo que no le perdonan a la Argentina no es- como algunos dicen- la expropiación de Aguas Argentinas o de YPF. Miren: hay un gran amigo nuestro, Evo Morales, que ha expropiado hasta el pasto y, sin embargo, consigue dinero al 4,4% anual. El problema es que no hemos vuelto  a ser negocio financiero, ese es el problema. Nos quieren volver a endeudar.” Y refiriéndose al fallo del juez norteamericano Thomas Griesa que va en auxilio de la parte más carroñera del sistema financiero que son los fondos buitres, expresó: “Si hay un sistema o una justicia que elige beneficiar a un 7% en desmedro del 93% y perjudicar el equilibrio financiero en el mundo, tengo muchas dudas en llamarla justicia.”  Advirtió que Argentina no aceptará tamaño dislate que haría realidad  el epitafio irónico del escritor uruguayo Eduardo Galeano: “Aquí yace la Argentina, vivió pagando, murió debiendo.”   

Como dice Ignacio Copani: “En una oficina hay un hombre tan vil/que cuando lo ordena el imperio del norte,/diseña la mortalidad infantil/con su recetario de ajuste y recorte……..  En una oficina que yo nunca vi/como no vi nunca/lo que me han prestado/calculan la deuda que siempre sufrí/y quieren cobrarla/aunque ya la he pagado…”


3-03-2013

Hugo Presman. Todos los derechos reservados. Para publicar citar fuente.

No hay comentarios:

Publicar un comentario