24 junio 2013

EL ESTABLISHMENT TIENE SU CAPRILES




Desde los 148 kilómetros cuadrados de Tigre, de los cuales el 60% están cubiertos por clubes de campo, el intendente Sergio Massa se convirtió en la figura más buscada  de la política argentina y de cuya decisión estuvieron pendientes el gobierno y la oposición de cara a las internas de agosto y a las legislativas de octubre. Después de muchas marchas y contramarchas que incluyeron una posible alianza con Daniel Scioli, de quien parece el hermano gemelo con mayor audacia, Massa decidió enfrentar al gobierno con una lista que sintetiza la idea de una política de consenso, de representación del poder económico, evitando las confrontaciones e imitando a Capriles en Venezuela, intentando inteligentemente rescatar (por lo menos en lo discursivo), lo que considera avances importantes del kirchnerismo y separándose del mismo en aquellos aspectos de enfrentamiento con sectores del establishment. Esta idea -un verdadero oxímoron- tiene algunas reminiscencias del desarrollismo, aquel que se postulaba después del derrocamiento del peronismo como una versión del “peronismo bueno”, de modo tal que conservando sus avances, fuera republicano y democrático, manteniendo las conquistas sociales pero sin la presencia sindical fuerte, sustituyendo la expropiación de parte de la renta agraria para desarrollar la industria como hacía el peronismo, con la radicación de capitales extranjeros que terminaría desplazando a sectores de la burguesía nacional que el frondizismo intentaba representar. La lista que encabeza Massa lleva al intendente de Almirante Brown que obtuvo en las última elección nacional el 72% de los votos, seguido por Mirta Tundis, una periodista del grupo Clarín; el ex gobernador Felipe Solá, sobreviviente de distintos espacios con su autoproclamada táctica de “hacerse el boludo”; el empresario, ex presidente de la UIA y en su momento duhaldista José Ignacio de Mendiguren; Mónica López, la ex mano derecha de Francisco de Narváez, que hace un tiempo cambió de preferencia electoral;  Adrián Pérez, el antiguo alfil de Elisa Carrió que asumió la conducción de la Coalición Cívica después de la catástrofe electoral de su fuerza en las elecciones del 2011, hasta que las alianzas de su partido lo dejaron marginado; Soledad Martínez, diputada del PRO; Héctor Daer, jefe del gremio de  Sanidad de la CGT oficialista; la senadora provincial Azucena Ehcosor, integrante de La Juan Domingo, esposa del intendente de Hurlingham Luis Acuña, expulsada del Frente para la Victoria; el actor Fabián Gianola, simpatizante del PRO; y el empresario Jorge Garfunkel, socio de Sergio Spolski en la propiedad del conjunto de medios afines al gobierno.
Hasta este domingo era difícil saber qué opinaba el intendente de Tigre sobre cualquier tema político, económico y social. Forma parte de una generación de políticos que hacen de su indefinición, de sus silencios, del discurso light e intrascendente, su estrategia política.
En los reportajes que concedió este 23 de junio, se pronunció contra le re-reelección, describió a su lista como una muestra “de un país que debe comprendernos a todos”; afirmó con relación al gobierno que “hay cosas que comparto y otras no. Hay que dejar de lado la teoría de que la Argentina es Bagdad o es Disneylandia”. En uno de los reportajes, el de Clarín, en un momento habla en tercera persona y afirma: “Massa es un tipo que quiere que al país le vaya bien. No tengo aspiraciones. Ocupé un montón de lugares. Diputado a los 27 años. Director del ANSES. Jefe de gabinete. Hice todo lo que podía hacer. Además para el 2015 falta una eternidad……Nosotros queremos una alternativa de centro, una alternativa de futuro para la Argentina con la capacidad para convocar a sectores de centroderecha y de centroizquierda, con gente que viene del peronismo, del radicalismo, del Pro, siempre con anclaje en el peronismo.”
Al diario “Tiempo Argentino le declaró: “Tomamos la decisión de no ir contra nadie”
En cambio en privado, este precoz militante de la UCEDE, como Amado Boudou y Ricardo Echegaray, que entró al peronismo por la puerta de servicio del menemismo, no se anda con vueltas, como lo revelaron los cables de wikileaks. En los mismos refiriéndose a Néstor Kirchner y expresó según consignó Santiago O`Donnell en su libro “Los cables de Wikileaks sobre la Argentina”: “Fue despiadado en sus críticas a la pareja presidencial, especialmente a Néstor. Aunque ninguneó los informes de prensa que decían que él y Kirchner se habían agarrado a trompadas en el cuartel de campaña en la madrugada previa a la derrota en las elecciones de mitad de período en junio del 2009, llamó a Néstor “psicópata” y “cobarde”, y dijo que su actitud de matón en la política esconde una profunda sensación de inseguridad e inferioridad. (La esposa de Massa se alarmó a tal punto  por estos comentarios desinhibidos que él le pidió que “dejara de ponerle caras”). Massa cuestionó el argumento que Néstor merecía crédito por ser un táctico magistral, describiendo al ex presidente  como un torpe convencido de su propia brillantez que seguramente continuaría cometiendo errores….Dijo que Néstor no se podía relacionar con otro fuera del estrecho foco de sus propias ambiciones políticas: Kirchner no es un genio perverso”, concluyó Massa. “Sólo un perverso.”    
Como era esperable y especulaban los medios dominantes y el establishment económico, la alternativa al kirchnerismo debía surgir del interior del Frente para la Victoria, ya sea de Daniel Scioli o de Sergio Massa. El gobernador, después de intentar colocar sus candidatos en las lista de Francisco de Narváez, de aproximarse a romper en alianza con Massa, renunció a cualquiera de esas alternativas y se quedó en el Frente para la Victoria, sin colocar prácticamente a nadie en las listas, y posiblemente haya decidido, involuntariamente, arriar sus aspiración a ser candidato a presidente en el 2015.
El columnista Carlos Pagni en su columna del 24 de junio especula: “Scioli quedó instalado en un no lugar…. Cuando negoció con Massa, pidió por los candidatos de De Narváez, lo que lo vuelve un aliado inaceptable de la Presidenta. Sí, como cree Massa, el gobernador simuló un intento de acuerdo para presionar a la Casa Rosada, no tuvo éxito: ni siquiera logró introducir  a su jefe de Gabinete, Alberto Pérez, en la lista de diputados. Ofendido, el gobernador se refugió en la Ñata, para descargar su furia……”       
El poder económico que representa el diario “La Nación”, el que cuando Kirchner era un desconocido para la mayoría de los argentinos y había salido segundo en las presidenciales de abril del 2003, pero que preocupaba al diario fundado por Bartolomé Mitre, le presentó un ultimátum que implicaba mantener intactas las bases de sustentación de los noventa bajo la amenaza que en caso contrario el gobierno no duraría un año; ahora, con relación a Sergio Massa, escribió el 1 de junio a través de su columnista Francisco Olivera, este título revelador: El establishment quiere ver una luz en Tigre”.

PANORAMA ELECTORAL


La decisión de Sergio Massa produce un re alineamiento del tablero político. Para Francisco de Narváez, en cuya lista Hugo Moyano ha podido colocar varios de sus colaboradores,  es un contendiente que le morderá una parte de su base de sustentación. Para el gobierno, que necesita ganar con amplitud en la provincia de Buenos Aires para hacer una buena elección nacional dado que al día de hoy pierde en Capital Federal, Santa Fe, Córdoba y posiblemente Mendoza, el nuevo escenario fragmenta positivamente el frente opositor y al mismo tiempo, negativamente, le resta un porcentaje impredecible de su base electoral.
Está claro que estas no son meras elecciones legislativas, ya que composición parlamentaria no se verá afectada significativamente. Pero serán interpretadas como un plebiscito a favor o en contra del gobierno. Si Cristina Fernández no obtiene una cantidad de votos cercano al 40%, los dos años que le faltan para finalizar su mandato serán posiblemente potenciados en las complicaciones y con drenaje de sus filas hacia posibles ganadores en el 2015.  Hasta este nuevo panorama el gobierno estaba realizando una elección mejor que la del 2009  e inferior a la del 2011. Seguramente Massa perderá algún porcentaje del que le atribuían las encuestas mientras su itinerario se desplegaba en el Frente para la Victoria, de una magnitud imposible de prever. Su comportamiento electoral estará condicionado en poder arrastrar a la mayor parte del voto antikirchnerista bonaerense y representar algún porcentaje del voto kirchnerista crítico, como sucedió con De Narváez en el 2009. De hacer una muy buena elección, su candidatura para las próximas presidenciales estará allanado. Tendrá que caminar entre la acusación infundada de parte de De Narváez de ser una colectora de Cristina, a la del gobierno que lo denostará por su alejamiento del Frente para la Victoria, asimilado a la traición  
Con relación al gobierno, está claro que la presidenta ha decidido recostarse fundamentalmente a nivel nacional en “La Cámpora”, desplazando a lugares secundarios, en algunas provincias, a su otra base de sustentación que es el Movimiento Evita, con las inevitables heridas.
Las formas de construcción política del gobierno deja un amplio campo de dudas, cuya consistencia se dilucidará también en los próximos eventos electorales.
Con una lista encabezada por el intendente de Lomas de Zamora Martín             Insaurralde, con un nivel de conocimiento limitado a nivel nacional, seguido por  candidatos del núcleo duro cristinista, la presidenta tendrá que desplegar un accionar intenso que pudo omitir en las presidenciales del 2007 y 2011,  en el fundamental territorio de la provincia de Buenos Aires. El gobierno tiene que reacomodar su estrategia en una elección plebiscitaria, mucho más que legislativa, mientras los medios dominantes y franjas significativas del poder económico se ilusionan en haber encontrado su Capriles.

24-06-2013               
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