28 noviembre 2013

            FALACIAS
                                             
Una falacia (del latín fallacia que significa “engaño, mentira o fraude con que se intenta dañar a una persona”) es un argumento que parece válido pero no lo es. Es un engaño afirmar como se reitera todos los días desde distintos columnistas de los medios dominantes, que el gobierno sufrió una derrota electoral en las elecciones del 27 de octubre. El Frente para la Victoria obtuvo a nivel nacional el 33,15% de los votos, sacándole casi 12 puntos al segundo, sumando los votos del radicalismo, socialistas y aliados que alcanzaron el 21,38%; el Frente Renovador obtuvo el 17,03% y el PRO el 9%. Entre el primero y el segundo hay, nada menos, que una diferencia de 2.658.000 votos.



Sin embargo y sólo a título de ejemplo, porque sería imposible reproducir la totalidad,  van algunos comentarios falsos: “Una derrota notable”, Morales Solá, La Nación 3-11-2013. Y luego una sorprendente reflexión sobre la oportunidad del pronunciamiento de la Suprema Corte: “¿Por qué no esperaron diez o quince días para formalizar la decisión que estaba tomada desde principios de octubre? ¿No era ese plazo necesario para que la política se reacomodara a los resultados electorales, que crearon nuevos liderazgos políticos en el país?” Fernández Díaz, el mismo día en el mismo diario: “El fallo le dio una transfusión de sangre a un gobierno negador, que nunca asumió la derrota electoral y que ahora tiene la oportunidad de seguir jugando el juego que más le gusta.”
Eduardo Van der Kooy el 28 de octubre: “Frente a la peor derrota K en una década.”
Alfredo Leuco, Radio Continental, 1 de noviembre: “La noticia más terrible y demoledora vino de las urnas. La soberanía popular, hace apenas 120 horas, había castigado duramente a la presidenta Cristina y sus listas del Frente para la Victoria” “La victoria legal para el Gobierno llega solamente dos días después que la administración de la presidenta Fernández sufrió una paliza en las elecciones legislativas del domingo, elevando el espectro de un 'pato rengo' presidencial para la enferma Fernández hasta las elecciones presidenciales del 2015", escribió Uki Goni, corresponsal de The Guardian en Buenos Aires.” Julio Blank, en Clarín del 1-11-2013 escribió: “Por un lado está muy fresca la dura derrota electoral del domingo pasado”.  Ricardo Roa escribió en Clarín del 29-10-2013: “En la noche de la derrota….” Nicolás Wiñazki, en la misma línea expresó el mismo día: “En medio de la ausencia política de la Presidente, y a tan sólo un día de la importante derrota en los comicios
El resultado electoral es claramente favorable al gobierno y ha mejorado su situación en el Congreso, motivo de las elecciones. Al mismo tiempo, si se analiza las mismas como un referéndum, por los lugares en donde perdió, por el triunfo estrecho en distritos en donde tradicionalmente el gobierno ganaba con amplitud, por haber perdido el voto de sectores de clase media baja, por la derrota en un lugar tan simbólico como Santa Cruz, la clara victoria electoral se convierte en una derrota política. Pero eso es un segundo análisis que surge de una interpretación.
El partido terminó entonces con el triunfo nacional del Frente para la Victoria. Eso es así, matemática pura, y toda afirmación en contrario es una falacia. Está mintiendo a conciencia. Si pasamos a la interpretación, el autor de esta nota reitera, por las consideraciones realizadas, que la misma es una derrota política.
Una vez instalada la falacia, periodistas y políticos de todas las pertenencias ideológicas reiteran la misma como una verdad irrebatible.
Luego hay otra manipulación al sostener que 67 personas de cada 100 votó en contra de la política del gobierno. Aparte que amontona arbitrariamente al 67%, si se generaliza este argumento, se podría sostener falsamente que fue mala la muy buena elección de Gabriela Michetti en su candidatura a senadora por la Capital al haber obtenido una cifra muy cercana al 40%. Con el argumento mentiroso, seis de cada 10 porteños votó contra Michetti. Eso lleva, por el absurdo, que sólo cuando se saca más del 50% la elección sería buena, porque  los que votan a favor superan a los que votan en contra.
LA IGNORANCIA COMO FALACIA


Morales Solá  escribió el 10-11-2013: “El obvio apriete de la AFIP a Magdalena Ruiz Guiñazú, poco después de que denunciara ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos el maltrato oficial a la prensa, no fue sólo contra ella. Fue también un mensaje general de que el Gobierno tiene todavía poder. La AFIP dijo que Magdalena se encuentra entre más de 7400 personas que formularon una solicitud al ente recaudador. ¿Hay, acaso, 16.000 inspectores dando vueltas por el país? ¿Notifican personalmente a todas esas personas? Imposible. Bastaba y sobraba con una carta o con una citación al contador de la periodista para que agregara más información.” Más allá de la falta de tacto político de la AFIP que torna sospechosa la inmediatez del requerimiento, el pedido de reducción de anticipos de Magdalena es aquel que puede hacer todo contribuyente que considere que en el año fiscal en curso obtendrá menores ingresos que el año anterior sobre el cual fueron calculados esos anticipos. La AFIP tiene la atribución de solicitar una explicación sobre la fundamentación del pedido. Lo que Morales Solá parece ignorar y por eso perpetra una falacia, que todo requerimiento es siempre realizado al contribuyente y no a su contador. Luego Magdalena Ruiz Guiñazú trasladará el pedido de información a su contador para que conteste el requerimiento. Ese es el procedimiento habitual con cualquier contribuyente. Morales Solá es un experto en la construcción de falacias como cuando escribió ante la detención de Ernestina Herrera de Noble por el juez Roberto Marquevich en diciembre del 2002:  “Una noche fría de ese tiempo ingrato, la directora de Clarín, Ernestina Herrera de Noble, nos sorprendió con el relato de la adopción de sus hijos. Había también lágrimas, muchas lágrimas en sus ojos, pero correspondían a las emociones que despierta la alegría. (…) Más de 25 años después, la señora de Noble sigue llorando por esos hijos. Su detención dispara una primera injusticia: una madre no debería ser detenida sólo por serlo”.

LA FALACIA  PERIODÍSTICA


Fue el propulsor de la consigna “Somos periodistas, queremos preguntar”. Ahora en la revista Noticias del  9 de noviembre, se dio el siguiente diálogo: Periodista “ ¿Usted no quiso sacar al aire a Lorenzetti”?  Contesta Lanata: “Obvio, yo no lo voy a sacar. No me interesa discutir con él.”
Periodista: “¿Por qué? ¿ No tiene ninguna pregunta para hacerle a Lorenzetti?” Lanata:  “Sí, pero creo que va a mentirme ¿Para qué se las voy a  hacer?” Periodista: Usted impulsó el Queremos Preguntar, ¿cree que toda la gente a la que vamos a preguntar nos va a decir la verdad?”
Lanata: “A ver, una nota no es sola una nota: vos decidís hacer una nota con un criterio determinado. Y una nota tiene efectos políticos en ese momento. Ahora Lorenzetti quiere hablar; yo me pasé la vida llamándolo y no salía al aire. Entonces, no es que no quiero hablar con Lorenzetti; no quiero darle en este momento 52 puntos de share para que diga su versión de las cosas, que sé que no es así. No tengo ganas de dárselo.”
El periodista que dice que hace periodismo a secas, se desnuda como operador político del grupo Clarín, obedeciendo instrucciones estrictas de Héctor Magnetto, quien ha decidido en todos sus medios ignorar al Presidente de la Corte Suprema de Justicia por el fallo de la misma sobre la Ley de Medios Audiovisuales. Una flagrante falacia periodística.
Esto confirma las declaraciones de Ricardo Lorenzetti a Jorge Fontevecchia:  “Ahora no podemos explicar el fallo en ningún medio del Grupo Clarín; nos dijeron: “ustedes no hablan más acá”. Pero lo que no puede ocurrir durante la aplicación de la ley de medios, es aquello a lo que se refirió también  Lorenzetti: “Cuando sacamos la sentencia del “7 D”, no pudimos explicarla en ningún medio oficial”.

FALACIAS HISTÓRICAS




La ligereza verbal, el hacer funcionar la lengua antes que el cerebro o directamente desconectado del mismo, lleva a la banalización absoluta. En Elisa Carrió, que posa de culta y suele enrostrar sus méritos académicos, la desmesura y el Apocalipsis constituyen su materia prima diaria. Así puede afirmar: “A veces pienso que Moreno (Guillermo) es parecido a Eichmann, un imbécil incapaz de pensar”. El cura Eduardo de la Serna del Grupo de curas en la Opción por los pobres en su nota (des) Carrió escribió: “Lamento que algún médico de presencia habitual en los medios y que diagnostica síndromes por TV no haga un diagnóstico de la extraña y compleja psiquis de Lilita Carrió. Daría para un programa entero, quizás en Discovery, porque no en Animal Planet. Pero como es amiga de la casa, imagino que no habrá ese tal diagnóstico.”
Jaime Durán Barba, el que le da letra a Mauricio Macri, se ha referido a Hitler como “un tipo espectacular.” Una posa de culta, el otro tiene métodos brutales. Al momento de hacer comparaciones históricas, hacen de la falacia un denominador común.
FALACIAS
Según el diccionario enciclopédico Larousse falacia es “un sofisma, falso razonamiento para inducir a error”. Inducen a error los columnistas que transforman una victoria electoral en una derrota, sin discriminar que dialécticamente un triunfo electoral puede llevar en su seno al mismo tiempo una derrota política. Recurre Morales Solá a un sofisma envuelto en ignorancia cuando desconoce cuestiones elementales de procedimientos impositivos. Y perpetra una falacia superlativa el operador periodístico del grupo Clarín cuando renuncia a su propia consigna de “Queremos Preguntar.”  Recurrir al nazismo para remitir la actualidad argentina a aquella época de niebla y plomo, es una falacia que eleva la ignorancia a un lugar extremo.
El sofisma es “un razonamiento que es sólo lógicamente correcto en apariencia, y que es concebido con la intención de inducir a error”. Como se dice en los teoremas: “ Es lo que quería demostrar.”

20-11-2013

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