27 febrero 2013

ERRORES GROSEROS




El inconsciente suele jugar malas pasadas cuando se volatizan las amarras de la conciencia de lo políticamente correcto. En medio del debate parlamentario sobre el memorando con Irán, al senador Miguel Angel Pichetto se le soltó la cadena. Afirmó: “el atentado a la AMIA les costó la vida a argentinos de religión judía y argentinos- argentinos que estaban en ese lugar.” La Delegación de Asociaciones Israelitas Argentinas contestó esta vez en forma correcta, aunque como es habitual con un grosero error a través del cual se filtra su visión excluyente.  Escribió en un comunicado: “Estas expresiones, tan disvaliosas, tienden a propagar una visión que divide a los argentinos en distintas categorías, afirmando que los judíos nacidos en la Argentina, no serían suficientemente argentinos. El senador Pichetto transmite así un desconocimiento básico confundiendo a la sociedad argentina, conformada, en gran parte, por la llegada de inmigrantes de diferentes colectividades, entre ellas, la judía, arribada a estas tierras masivamente, a partir de 1890, contribuyendo a la construcción de una nación plural y diversa. Desde esos años a la fecha, han crecido en este país cinco generaciones de argentinos de religión judía. La DAIA le solicita al senador Pichetto que, en el contexto de un debate de alta sensibilidad, se refiera a nuestros muertos con solvencia, solidez en los términos y sapiencia en los conceptos.”

Para no oscurecer cuando pretende aclarar, la DAIA debería saber que hay muchos argentinos de origen judío, que nos reconocemos como tales sin profesar la religión judía. Su visión, en este aspecto, parece tributaria de los sectores religiosos racistas como el que encabeza el rabino Samuel Levín, que en alianza con el rabino y diputado macrista Sergio Bergman, determina en la AMIA quién es judío genuino y quién no lo es. En esa concepción religiosa hay atisbos que los nazis suscribirían.
Para intentar ilustrar al senador Pichetto y también llamativamente a la DAIA, recordemos:    
La forma de denominar y autodenominarse constituye una permanente fuente de confusión entre los integrantes de la comunidad que obviamente se extiende al resto de la sociedad.
Muchas veces, hebreos, israelitas, israelí, judíos se usan como sinónimos. Según Wikipedia “Los hebreos fueron un antiguo pueblo semita del Próximo Oriente y ancestros de los israelitas y los judíos”.
Hoy israelí es el ciudadano del Estado de Israel. Israelita es sinónimo de judío. Y hebreo según Wikipedia “se utiliza ocasionalmente para designar a los judíos que utilizan el idioma hebreo. En algunos idiomas modernos, entre ellos el griego, italiano, rumano y muchas lenguas eslavas, el nombre de "hebreos" sobrevive como sinónimo de judíos.”
Judío es para los religiosos, todo aquél que haya nacido de una madre judía. En una concepción laica es todo aquel que se considera parte de una historia, una cultura y una tradición. En ésta última acepción se enrola el autor de esta nota.
El senador Pichetto ha cometido un error tan grosero, por el cual pidió disculpas, como cuando el ex Presidente Menem envió sus condolencias a Israel por los muertos provocados por la voladura de la AMIA, la mutual cuyo objetivo es  promover el bienestar y el desarrollo de la comunidad  argentina de origen judío.


La DAIA debería actuar con similar diligencia cuando son los ciudadanos argentinos de origen judío los que cometen errores similares a los del senador Pichetto. Es el caso del rabino Sergio Bergman quien en el acto que se realizó en las puertas del Museo del Holocausto afirmó discriminadora: “Le pedimos perdón a la sociedad por desaprovechar la oportunidad que nos dio nombrando el primer canciller judío.”
Héctor Timerman es el canciller argentino de origen judío, no el canciller judío. No recuerdo a ningún canciller, por ejemplo Guido Di Tella o Dante Caputo a quien alguien se refiriera como el canciller italiano o católico. Sólo desde una mentalidad de gheto, puede agradecerse un derecho que está reconocido a cualquier argentino.
A su vez, el escritor Marcos Aguinis llegó a afirmar, banalizando al nazismo e indirectamente la Shoá: Las fuerzas (¿paramilitares?) de Milagro Sala provocaron analogías con las Juventudes Hitlerianas. Estas últimas, sin embargo, por asesinas y despreciables que hayan sido, luchaban por un ideal absurdo pero ideal al fin, como la raza superior y otras locuras. Los actuales paramilitares kirchneristas, y La Cámpora, y El Evita, y Tupac Amaru, y otras fórmulas igualmente confusas, en cambio, han estructurado una corporación que milita para ganar un sueldo o sentirse poderosos o meter la mano en los bienes de la nación.”
Está claro que Bergman y Aguinis pueden caer en los peores excesos en su fiebre antikirchnerista.
La DAIA, tan justamente sensible cuando los que incurren en desaguisados no son judíos o no son argentinos judíos encolumnados  en sus posiciones, mantuvo un silencio muy ruidoso.
Tal vez convenga recordar, una vez más, las palabras de Samuel Clemens, quien ingresó a la historia de la literatura con el nombre de Mark Twain: “La diferencia entre una palabra casi justa y la palabra justa no es una pequeña cuestión, es como la diferencia entre una luciérnaga y la luz eléctrica.”

24-02-2013
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25 febrero 2013

UN LARGO VIAJE HACIA LA MUERTE



El tren 3772, chapa 16, de la línea Sarmiento,  que partió el 22 de febrero  de Castelar a las 7 horas 46 minutos conducido por Marcos Córdoba, en realidad venía desde el fondo de los tiempos.
Aunque partía diariamente desde Moreno, los llamados trenes Toshiba habían llegado a la Argentina en 1962, cuando el ferrocarril surcaba el país por 40.000 kilómetros de vías como venas en un cuerpo. En su momento de mayor esplendor superaba los 50.000 kilómetros, pero ya por entonces se estaba aplicando el llamado Plan Larkin, el nombre de un general norteamericano especialista en ferrocarriles que en el gobierno de Arturo Frondizi  recomendó que debían racionalizarse, es decir disminuir la extensión de sus vías que llegó a ser una de las 10 más grandes del mundo. Esos viejos trenes recorren hoy los 36 kilómetros entre ambas estaciones, Moreno y 11 de septiembre, superando en dos décadas su edad para jubilarse.
Los trenes ya venían en franco deterioro bajo gestión estatal, y su decadencia era premeditada para crear el clima propicio para facilitar las privatizaciones. Lo que los usuarios padecían diariamente, Bernardo Neustad lo fogoneaba desde la radio y la televisión. La privatización menemista fue leonina. De los 28.000 kilómetros que quedaban se terminaron usando sólo 10.000 kilómetros, fundamentalmente en la zona metropolitana, con subsidios equivalentes al déficit originado anteriormente sobre una extensión cuatro veces mayor.  Las consecuencias inmediatas fueron setenta mil obreros menos y centenares de pueblos sumidos en el abandono. Todo bajo las consignas de “Cirugía mayor sin anestesia” y “Ramal que para, ramal que cierra”, con el aplauso de los medios dominantes y la complicidad sindical.

UN LARGO VIAJE


Graciela Mochkofsky, en su libro “ONCE. Viajar y morir como animales” cuenta: “ - Pero yo no sé nada de transporte-objetó Ricardo Jaime cuando el inminente ministro de Planificación, Julio De Vido, le ofreció ocupar la Secretaría de Transportes en 2003. – No importa- replicó De Vido – Vení igual. Néstor Kirchner se preparaba para asumir como Presidente y le había encargado que se subiera al barco. Jaime, un viejo conocido, ex secretario general del gobierno de Kirchner en Santa Cruz, aceptó y se hizo cargo, así, de la administración de una fabulosa masa de 20.000 millones de dólares en subsidios durante los seis años que siguieron. Tenía un poder extraordinario para un Secretario de Estado, porque reportaba directamente al Presidente, sin necesidad de pasar por De Vido, su superior formal. ¿Qué hacer con todo ese poder? A esta altura era evidente que las concesiones eran un fracaso y un escándalo. La situación de los trenes metropolitanos era desesperante. Desde que, en 1994, tomaron el control los operadores privados, hubo algunas mejoras. Para los defensores de las concesiones, el resultado era espectacular, porque comparaban la nueva situación  sólo con la de la extrema crisis de 1989, la peor de la historia de los ferrocarriles, y no con la mejor, la década de 1960. La realidad era que el número de pasajeros se había duplicado: de los 212 millones al año que utilizaban el tren antes de las primeras concesiones se pasó a 479 millones en 1999, y aunque no todos los concesionarios eran iguales, los servicios eran, en general, más puntuales y frecuentes. Durante los primeros años de la concesión además, el Estado había hecho algunas inversiones, en especial en tramos de vías, aunque el estado de la infraestructura no había mejorado casi nada. Los concesionarios habían cumplido, también en términos generales, con las reglas de la concesión, y habían combatido la evasión: en los años previos a la concesión, entre el 30 y el 60% de los pasajeros, según las líneas, no pagaban boletos; ahora no llegaban al 10%. Pero en 1997 la economía había entrado en recesión. El gobierno de Menem había aceptado renegociar los contratos, otorgando nuevas ventajas a las concesionarias: les dejó aumentar las tarifas sin la condición, fijada en el contrato original, de que el servicio alcanzara determinado nivel de calidad (al que no había llegado). …..Todo lo que se había avanzado en servicios y frecuencias se perdió. Los coches y vagones eran más viejos, las vías estaban rotas, la arquitectura de las estaciones más arruinada y deformada por remodelaciones mal hechas, había menor cantidad de coches por tren, algunos ramales y servicios habían sido abandonados por completo, el confort a bordo desapareció….. Lejos de reclamar, el Estado- fuera el mandato de Menem o de su sucesor, Fernando de la Rúa, que caería en diciembre del 2001 por el peso de la crisis- pagaba altos costos en beneficio de empresas privadas a las que no se les fiscalizaba el cumplimiento de los contratos. En octubre de 2002, el presidente Eduardo Duhalde, que había asumido en enero como mandatario interino por decisión del Congreso, decretó la emergencia ferroviaria. Dado que el Estado se hallaba en quiebra -se había declarado el default en diciembre del 2001- y, en consecuencia, había dejado de pagar los subsidios a las concesionarias, éstas también se encontraban  en quiebra, o al borde de ella- o, al menos, éste era el supuesto del decreto, que sentó nuevas reglas. Por un lado anuló los aumentos de tarifas y prohibió despedir personal, dos medidas destinadas a contener la situación social en un momento en que la mitad del país había caído en la pobreza y la otra mitad  orillaba la cesación de pagos. Por el otro, a modo de compensación, otorgó beneficios extraordinarios a los operadores de los trenes metropolitanos: con el dinero recaudado por la venta de pasajes, estos se harían cargo “exclusivamente” de los gastos operativos y nada más. El Estado pagaría, además de las deudas que tenía pendientes por obras de infraestructura y de mantenimiento de servicio  “indispensables” según las indicaran los mismos concesionarios, mientras que las obras previstas que no fueran indispensables quedaban suspendidas. En suma: los empleados conservaban su trabajo, los pasajeros seguían pagando el mismo boleto y los concesionarios se quedaban con el mismo negocio que ya tenían. Pero con una diferencia: ahora carecían de incentivos para mejorar el servicio: el Estado les aseguraba ingresos millonarios sin obligación de invertir en calidad. En palabras de un viejo ferroviario: “las empresas reciben más subsidios, las penalidades son más laxas y los concesionarios pasan a ser los que mandan”. Ésta era la situación cuando Ricardo Jaime llegó a la Secretaría de Transporte. Kirchner había prometido la reestatización de los ferrocarriles durante su campaña presidencial, pero, una vez en el poder, resolvió mantener las reglas heredadas……En consecuencia, el mandato que recibió Jaime fue mantener las concesiones y los subsidios para que el precio del boleto siguiera congelado”.

LAS EXIGENCIAS DE LOS ÉXITOS
Uno de los riesgos de los éxitos es no prever que sus consecuencias pueden ser el prólogo de un fracaso; o más grave aún, de una derrota. El gobierno ha sido muy exitoso en la generación de empleo con la consecuente baja notable de la desocupación. En el 2003, conseguir trabajo era lo más acuciante. El que volvía a trabajar, con tal vez un sueldo escaso, no le molestaba mayormente viajar en condiciones precarias al amparo de un pasaje subsidiado muy barato. Millones de personas han mejorado su situación económica, tienen un trabajo estable con las limitaciones que ese concepto hoy tiene no sólo en la Argentina sino en todo el planeta, y legítimamente no quieren seguir viajando en coches sucios, inseguros, lentos, con salidas irregulares,  de una precariedad alarmante. El éxito en un sentido origina nuevas demandas en otros. Y viajar como animales a esta altura no puede ser respondido con señalamientos que ya han sido incorporados por la población como derechos adquiridos. En ese aspecto, gobernar es como el trabajo oculto de la mujer que hace las tareas hogareñas: no termina de limpiar, que ya hay cosas que se vuelven a ensuciar. Es insuficiente responder nuevos requerimientos invocando sólo anteriores avances.
El gobierno no percibió que las exigencias habían cambiado y decidió ignorar los informes de la auditoría y las advertencias que señalaban las altas probabilidades de una tragedia. La falta de control sobre el uso que de los subsidios hicieron los concesionarios, las sospechas que la falta de seguimiento implicaba la posibilidad de retornos y de cajas políticas, incrementos patrimoniales de Ricardo Jaime y las misteriosas canonjías hacia el Secretario por parte de los concesionarios cobraron su patética brillantez cuando el tren 3772 se estrelló en la estación de Once.

CINTURA POLÍTICA
El kirchnerismo que suele caracterizarse por su audacia política, por redoblar la apuesta, por mantener la iniciativa, suele caer en una extraña parálisis ante las tragedias.
Ante la muerte de 51 personas y centenares de heridos la Presidente tuvo una reacción tardía. Mantuvo un pesado silencio durante cinco días. Cuenta Graciela Mochkofsky en el libro mencionado: “Pasado un mes, Cristina Kirchner comenzó a recibir a familiares y sobrevivientes en grupos de cincuenta en la residencia de Olivos y en Casa de Gobierno. Les daba sus condolencias, aseguraba que había hecho llegar al juez su respaldo en la búsqueda de justicia  sin importar quiénes fueron culpables y hacía que un empleado tomara nota de lo que necesitaban: dinero, recursos, ayuda médica, logística.”
Las declaraciones del Secretario de Transporte Juan Carlos Schiavi y de la Ministra Nilda Garré, a horas de la tragedia, fueron muy desafortunadas, como subestimando la magnitud de lo acontecido. El primero tuvo que renunciar a los quince días, entre los aplausos de los eternos chupamedias.
Toda la esfera del transporte se desplazó del área de Julio De Vido a la del Ministro Florencio Randazzo, que inició una activa política tendiente a paliar las muchas deficiencias de la línea  del Sarmiento.
El Ministro y la Presidenta increíblemente, no se acercaron a los familiares a lo largo de este larguísimo año. Hubo sólo una propuesta fuera de lugar de que los familiares asumieran el seguimiento de las obras.
Cuando la Presidenta el 21 de febrero, desde Tecnópolis, decidió en un discurso recordar y rendirle un homenaje  a las víctimas  y un abrazo grande y fuerte  a los familiares, otra vez equivocó el lugar y el momento.


El trato personal e íntimo es el que  hubiera allanado el camino para el encuentro con los familiares, los que por extracción social, fundamentalmente los humildes del oeste bonaerense con terribles problemas de transporte, han sido en su mayoría votantes de Cristina. Por eso es que el comportamiento distante se expresó en una bronca manifiesta en la Plaza de Mayo. 
Es bueno señalar que a pesar que hace 60 años que murió Evita, ella perdura en los sectores populares porque asumió el dolor ajeno como propio. Llevaba en su piel, en su ADN, la vivencia de los padecimientos sufridos. Y puso su vida al servicio de una pasión reparadora. Y esa pasión es una llama que no se apaga en quienes la disfrutaron y entre quienes la conocen por trasmisión oral.
No deja de ser doloroso que organismos  de derechos humanos que son emblemas de lucha y militancia contra la injusticia, hayan permanecido silenciosos en esta oportunidad o hayan realizado forzadas declaraciones formales.  

UN LARGO VIAJE HACIA LA MUERTE


La justicia ha actuado con una velocidad desusada para los parámetros habituales. Están procesados y elevados a juicio oral dos Secretarios del gobierno nacional (Ricardo Jaime y Juan Pablo Schiavi) y el empresario Claudio Cirigliano. Hay un ausente entre los imputados, que los familiares de las víctimas reclaman, que es Julio De Vido. El juez Claudio Bonadío  relata a lo largo de más de 900 páginas el desvío de fondos de empresarios beneficiados por las concesiones hacia destinos impropios ante la inoperancia o la complicidad de funcionarios públicos.
Se hicieron reconocimientos indirectos de los errores por parte del gobierno como quitarle la concesión a TBA, el despido del subsecretario ferroviario Antonio Luna y de Antonio Eduardo Sícaro, titular de la Comisión Nacional de Regulación del Transporte. Todos ellos como su antecesor Pedro Ochoa, en la CNRT, están procesados. Pero no se verbalizó con claridad la autocrítica que la situación ameritaba. Mientras se tomaban medidas concretas como las mencionadas que reflejaban una autocrítica implícita, se explicaba lo sucedido en la herencia recibida.
Indudablemente,  como consecuencia de la tragedia de Once, se están haciendo importantes trabajos en el Sarmiento y una modernización que aún no se percibe en los viajes diarios.
El tren 3772, chapa 16, que partió el 22 de febrero  de Castelar a las 7 horas 46 minutos conducido por Marcos Córdoba, en realidad venía desde el fondo de los tiempos.
Había partido su deterioro cuatro décadas antes. El maquinista Marcos Córdoba concluía trágicamente un viaje iniciado cuando él aún no había nacido. Estrelló un tren que debió haber sido vendido como chatarra dos décadas antes, que no tenía el mantenimiento adecuado, en el que de los cinco frenos tenía anulados tres de ellos y otro con capacidad disminuida, que debía frenar con una anticipación incierta y que carecía de velocímetro, con una sobrecarga de pasajeros que agravaba las dificultades de frenado y que terminó incrustándose contra un amortiguador que no cumplía su función.
Como se ve, una especie de ruleta rusa diaria. Y cuando se muere jugando a ese juego macabro, el muerto no muere en un accidente sino que simplemente se suicida. Y como aquí el que manejaba el tren-el arma- es el Estado a través de concesionarios no controlados, lo que en otro contexto es un accidente, aquí pasa a ser un homicidio.

24-02-2013  
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22 febrero 2013

MALA LECHE




El memorándum firmado con Irán está atravesado por las incertidumbres, oscuridades, operaciones, presiones y todos los aspectos deleznables del régimen iraní; más el conjunto de circunstancias que convirtieron a Irán en el culpable ideal para el gobierno menemista, EE.UU e Israel, sumado a ello la espantosa investigación armada que llevó a que en un juicio oral los imputados quedaran libres,  declarados inocentes y resultaran procesados el juez y los fiscales. Esa es la base o punto de partida de la investigación del fiscal Alberto Nisman, donde vuelve a subestimarse o minimizarse la pista siria. A eso se adiciona la complicidad de las autoridades argentinas de origen judío de entonces, con su prolongación en algunas de las actuales y que como siempre son la extensión de la embajada israelí y su alineamiento sin fisuras ni críticas de la política exterior del Estado de Israel. En el plano interno, la oposición que es mera comentarista de las iniciativas del gobierno, aglutinada por los medios dominantes, se abroquela unánimemente junto a la AMIA y DAIA, convirtiendo una cuestión que debería ser política de estado en un episodio más de la batalla kirchnerismo- antikirchnerismo.


La presión de sectores activos de la comunidad argentino-judía es tan fuerte, que rabinos que siempre han estado en campos opuestos, hoy confluyen con matices significativos en un campo común, el reaccionario y sinuoso diputado macrista Sergio Bergman y el progresista Daniel Goldman. Los familiares de las víctimas también están divididos por la iniciativa del gobierno. Memoria Activa con su figura más conocida Diana Malamud y la Asociación de Familiares y Amigos de las víctimas con su referente Sergio Burstein apoyan con algunos recaudos, mientras que Laura Ginsberg de APEMIA (Agrupación por el Esclarecimiento de la Masacre Impune de la Amia)  se opone frontalmente. 
Más allá de las dudas e incertidumbres, de los interrogantes que la realidad necesariamente develará, el memorando es un intento riesgoso pero valorable de movilizar una causa congelada, sesgada, con destino de impunidad. 
Pero el objetivo de esta nota no es volver sobre el tema que he tratado en dos extensas notas como “El delicado memorando con Irán” y “El camino de Santiago”, sino demostrar que la mala leche que se derrama generosamente alcanza en algunos periodistas un nivel superlativo.
Joaquín Morales Solá es un periodista que se autoproclama independiente, desde el diario La Nación, que es desde su nacimiento hace 143 años el periodismo más militante del país.
El memorando con Irán tiene nueve puntos; algunos despiertan interrogantes que no están contestados en el lacónico compromiso mutuo, pero  ninguno es tan claro como el primero que dice textualmente bajo el título “ESTABLECIMIENTO DE LA COMISIÓN”, lo siguiente: “Se creará una Comisión de la Verdad compuesta por juristas internacionales para analizar toda la documentación presentada por las autoridades judiciales de la Argentina y de la República Islámica de Irán. La Comisión estará compuesta por cinco (5) comisionados y dos miembros designados por cada país, seleccionados conforme a su reconocido prestigio legal internacional. Estos no podrán ser nacionales de ninguno de los dos países. Ambos países acordarán conjuntamente respecto a un jurista internacional con alto standard moral y prestigio legal, quien actuará como presidente de la Comisión.”     
El editorialista de La Nación escribió el domingo 17 de febrero del 2013, página 25: “La Comisión de la Verdad que se creará entre ambos países una vez que los Parlamentos hayan aprobado el acuerdo tendrá cinco miembros. Dos serán nombrados por la Argentina, dos por Irán y el quinto tendrá la aprobación del régimen de Teherán. La hábil diplomacia iraní se ocupará de que ese quinto y crucial miembro de la comisión sirva, en última instancia a sus intereses. Tres a dos a favor de Irán….”
Compárese el texto firmado con la deformación maliciosa que del mismo hace Morales Solá desde su “profesionalismo independiente”. Es realmente benévola la calificación de mala leche que da el título a esta nota.
Como decía Emiliano Zapata, aquel notable dirigente campesino de la Revolución Mejicana: “El que quiera ser águila que vuele, el que quiera ser gusano que se arrastre, pero que no grite cuando lo pisen.”

21-02-2013     
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19 febrero 2013

DISCURSO Y CONCURRENCIA


EL CAMINO DE SANTIAGO


Su presencia desmiente los 70 años que acumula. En el improvisado atril montado en la calle Montevideo de la Capital Federal, en la puerta del Museo del Holocausto, sacó el papel donde había volcado algunas líneas pobladas de adjetivos, vacía de argumentos. Con su voz agradable y grave, digna de un actor profesional, leyó lo que la esmirriada concurrencia esperaba impaciente. Como escritor experimentado sabía que debía impactar con un inicial golpe bajo: “Hubo en el pasado una industria de la muerte. Prosperó en los campos de concentración alemanes. Hay ahora una comercialización de la muerte. Acaba de convalidársela en el Parlamento argentino. Ahmadinejad puede sentirse satisfecho. A su negacionismo de la Shoá se suma ahora la subestimación del dolor judío por parte del Estado argentino. Si se trata de renegar de lo sucedido, la coincidencia no podía ser mayor. A los dos atentados materiales que ya tuvieron lugar se agrega ahora este tercer atentado que es de índole moral y que, una vez más, es cometido en la Argentina. Con él ha volado por el aire la máscara que cubría la cara del delito y la mentira. Hoy no hay conexión local en la siembra del espanto; hoy todos los responsables de lo ocurrido son argentinos y forman parte del gobierno nacional.”
Ha recorrido un largo camino Santiago. De pertenecer al gelatinoso campo del progresismo, decidió un día saborear los placeres del establishment económico y cultural. Es miembro de número de la Academia Argentina de Letras; y desde el 2010, de la Academia de Ciencias Morales y Políticas y de la Academia Nacional de Periodismo. Desde hace años es columnista del diario La Nación.
En las academias sus integrantes suelen marchitar sus ideas, adaptarlas al poder económico, mientras que el diario mitrista es el distribuidor del reconocimiento académico, el que le da lustre a la insustancialidad, dispensando un pretendido prestigio que actúa como un paraguas de autoridad  bajo el cual los académicos habrán de suscribir las líneas fundamentales de la Tribuna de Doctrina.


En la tórrida tarde la dirigencia opositora se apretujaba alrededor del orador: ahí estaba el radical Oscar Aguad, amigo de Luciano Benjamín Menéndez, el carnicero del campo de concentración La Perla, en Córdoba. El rabino y diputado macrista Sergio Bergman, que de integrar originalmente Memoria Activa decidió un día que la causa AMIA debía enterrarse en Plaza Lavalle; pasó  a defender la designación del policía “Fino” Palacios, procesado por cómplice del ocultamiento y del desvío de la pista siria, fue designado por Mauricio Macri como jefe de la Policía Metropolitana y hoy se encuentra –al igual que su ex jefe-  procesado por escuchas telefónicas, entre ellas a Sergio Burstein, familiar de una de las víctimas de la AMIA. Con la impudicia que lo caracteriza, el hijo de Franco Macri declaró: “El acuerdo con Irán es una mancha negra en la historia del país.”             
Santiago Kovadloff prosiguió: “La defensa del acuerdo establecido con Irán es clara en su propósito: se trata de convertir a los verdugos en inocentes y a los inocentes asesinados en seres insignificantes. Con este acuerdo humillante, la Argentina se aparta de la verdad y de la historia. De la historia, porque la historia pide que no haya olvido. De la verdad, porque la verdad reclama justicia y sólo se le brinda el encubrimiento del crimen y el desprecio del dolor. ¿Dónde está el progresismo de quienes se subordinan al mandato de los delincuentes? ¿Dónde está la política de derechos humanos de un gobierno que tiene oídos para los que violan esos derechos y no los tiene para quienes exigen su vigencia? Ayer la verdad ha sido vendida al mejor postor por el Parlamento. Su responsabilidad era resguardarla. Y la ha rifado. Mayoría de la pequeñez y de lo infame. Mayoría de lo vergonzoso y lo perverso. Mayoría del desprecio por la soberanía nacional. Mayoría de la bajeza ejercida sin temblar y de la obediencia debida practicada con fervor.”
Aplaudían entusiastamente los representantes del Peronismo Federal, expresión del menemismo residual como Enrique Thomas, Eduardo Amadeo, integrante éste último del gobierno que encubrió el atentado. La radical Silvana Giúdici, amiga incondicional de Clarín, en tránsito al macrismo, junto a una nutrida delegación de sus actuales compañeros del PRO: Federico Pinedo, Paula Bertol, Esteban Bullrich, Humberto Schiavoni, Pablo Tonelli y Jorge Triaca, los que tratan de ser la prolongación aggiornada del menemismo en el siglo XXI.  Al lado de todos ellos, los duhaldistas Gustavo Ferrari (ex Francisco de Narváez) y Carlos Brown; la trashumante partidaria Patricia Bullrich, integrante de la Alianza (de la cual resultara desplazada Nilda Garré cuando intentó impulsar la investigación del caso AMIA, privilegiando la pista siria.      
Rodeado de esta selecta concurrencia de representantes políticos que serán recordados cuando a alguno de ellos se les ocurra una idea que no le sople el poder económico y los medios dominantes, Santiago Kovadloff siguió impertérrito:  “Ni la justicia argentina ni la comunidad política del país ni la colectividad judeo-argentina están con el Gobierno. Pero el Gobierno no está solo. El Gobierno está con Irán. Hay desde ayer una nueva clase de desaparecidos en la Argentina. Son los asesinados en la AMIA y la embajada de Israel. El Gobierno ha decidido, con su acuerdo escalofriante, terminar con su significación como fundamento de la búsqueda de la verdad y la justicia. Los ha hecho desaparecer como límite intransponible de toda conducta indigna. Ha volatilizado su valor real y simbólico para convertir en un patético acuerdo la indignidad. El Gobierno lo sabe. Lo sabemos nosotros. El olvido no tendrá lugar.”
Raúl Kollmann, en Página 12 del 17 de febrero sintetiza el estado actual de las causas, que Kovadloff  omite, como si nos encontráramos a la puerta de la verdad: “No faltan los que manifiestan que el acuerdo es un camino a la impunidad. Lo cierto que hoy no hay nadie preso, de manera que el caso está actualmente impune. Y no habría que olvidarse de que no tenemos nadie preso por la conexión local, o sea los que actuaron aquí en la Argentina. Aunque suene repetido no se sabe como consiguieron los explosivos, donde estuvo la camioneta, por donde entró el supuesto suicida, quién lo albergó, quién respaldó toda la operación".


Por su parte, el rabino Sergio Bergman declaró: “Le pedimos perdón a la sociedad por desaprovechar la oportunidad que nos dio nombrando el primer canciller judío.”
Héctor Timerman es el canciller argentino de origen judío, no el canciller judío. No recuerdo a ningún canciller, por ejemplo Guido Di Tella o Dante Caputo  que alguien se refiriera a él como el canciller italiano o católico. Sólo desde una mentalidad de gheto, puede agradecerse un derecho que está reconocido a cualquier argentino.
También hubo representantes de los familiares de las víctimas, que sólo pueden merecer respeto, cualquiera sea la posición que adopten en sintonía con su dolor.

EL CAMINO DE SANTIAGO
A Santiago Kovadloff no le hizo ruido que la bienvenida a su ingreso a la Academia de Ciencias Morales y Políticas se la realizara un miembro de la misma, el directivo de La Nación Claudio Escribano, el mismo que desde el periodismo “independiente” y profesional le diera al incipiente gobierno de Néstor Kirchner, el 5 de mayo del 2003, cuando aún no había asumido, un ultimátum de cinco puntos para que lo cumpla bajo la advertencia que si no lo hiciera, la Argentina se habría dado gobierno por apenas un año. En La Nación del 10 de junio del 2011, bajo el título “Kovadloff, el intelectual, el hombre”, Escribano escribió: “Acogemos al intelectual que ha fulminado, sin perder la calma habitual, al lugar común. Le ha imputado la perfidia de humillarlo y humillarnos. Deja al costado las muletillas y las muletas aparatosas de la lengua porque su laboriosidad contrasta con la displicencia de la pereza y porque procura, con proscripción de rutinas y convenciones que nada de bueno aportan, reflexionar en grado máximo de libertad mientras al escribir, crea. La escritura es para Kovadloff un acto de maduración, muchas veces en el saber conjetural que se vive en estado de prueba y revisión continua. Ante la página en blanco, el desafío depende así menos de la confianza que pueda depositarse en las habilidades fehacientes para el arte, que de la responsabilidad y dedicación con que se gestará cada una de las obras. Ha sido consecuente con la etimología del nombre y apellido que, por llevar, honra: Santiago, que es Jacob, y por lo tanto puente en la cultura compartida por judíos y cristianos; Kovadloff, derivado del ruso kovad , esto es, el herrero que fragua, diseña, engendra…….. El autor de Sentido y riesgo de la vida cotidiana , El silencio primordial , La nueva ignorancia y Los apremios del día , entre otros celebrados ensayos traducidos a varios idiomas, nos ha advertido que desde su visión introspectiva no se escribe "para decir algo que se sabe de antemano, sino para llegar a saber qué se quiere decir y para verificar hasta dónde ese querer se encarna efectivamente en lo que se dice". Ha triunfado en el equilibrio en que debe debatirse el solipsismo del pensador reconcentrado con la premura comunicativa del ser sociable y ha estado a salvo de la perplejidad en que sucumbe, según se reconviene en ciencia, el profesional que, al no saber lo que busca, no comprende lo que encuentra…. Sorprende la versatilidad de quien en 1975, en tiempos de convulsiones, violencia y persecución, renunció a la docencia en la Universidad de Buenos Aires para abrir talleres privados de Filosofía del Arte y Sociología de la Literatura. Se proclamó, así, con alguna ironía, un portavoz de la cultura de catacumbas. En esa condición, Kovadloff prolonga todavía parte de su actividad cotidiana. Ella sube de exposición, como es notorio, en la prédica periodística en La Nación y en la tribuna del conferencista que analiza las cuestiones de actualidad. Lo hace con el ánimo de que, quien calla, muere……. Doy en nombre de mis pares la bienvenida a quien ha predicado que "la contemporaneidad se logra cuando la identidad nacional reconoce los caminos que debe recorrer para que su proyecto de vida deje de ser puramente ideal." Doy la bienvenida al escritor de cuentos para niños y al trovador que, con Marcelo Moguilevsky y César Lerner, ha difundido a Borges en la noche de Buenos Aires. Doy la bienvenida al idealista que se ha hecho cargo del desasosiego de Pessoa por los abusos del sentido común, no porque quiera "invalidar las propuestas de la razón", sino porque "quiere evitar que encallen en el suelo pantanoso de la rutina" y porque la fe, ha proclamado con Pascal, dice lo que los sentidos no dicen, pero no dice lo contrario….. Doy en nombre de mis pares la bienvenida a quien ha predicado que "la contemporaneidad se logra cuando la identidad nacional reconoce los caminos que debe recorrer para que su proyecto de vida deje de ser puramente ideal." Doy la bienvenida al escritor de cuentos para niños y al trovador que, con Marcelo Moguilevsky y César Lerner, ha difundido a Borges en la noche de Buenos Aires.”
Entre bueyes no hay cornadas que es lo que se pretende demostrar. Pero Santiago Kovadloff es lo suficientemente inteligente para saber que el diario en que es columnista, cosa que podría evitar para ser mínimamente coherente con el discurso de la calle Montevideo, es el diario más militante desde su fundación el 4 de enero de 1870 por Bartolomé Mitre (el que redujo la población paraguaya a un tercio, en uno de los genocidios del siglo XIX; el que arrasó a los caudillos populares norteños, con sus coroneles Arredondo, Sandes, Paunero, Irrazabal, adelantándose a los Astiz, Acosta, Astic, Donda Tigel, Rádice, Rolón; el  que  destruyó los embriones de una industria nacional y que  como dijera Homero Manzi “fue el único de los héroes de la historia oficial que dejó un guardaespaldas”.)
Ese diario fue feroz opositor de todos los gobiernos populares, propulsor de todos los golpes de estado, encubridor del terrorismo de estado que sembró de campos de concentración en todo el territorio nacional.         
Desde esa Tribuna de Doctrina, Kovadloff predica el republicanismo, la división de poderes, los comportamientos éticos, el discurso moralista, la democracia, la supremacía de la ética.
Su discurso de la calle Montevideo  da vía libre a la bronca, archiva al licenciado en filosofía, tiene certezas a las que no la atraviesa la menor posibilidad de duda, con un fundamentalismo cuasi religioso que mata el menor vestigio de Kant y Descartes. Contradictoriamente para un hombre a quien el pueblo le pagó su educación pública, cierra su mente olvidando que la misma actúa como los paracaídas, que sólo sirven cuando se abren.
Santiago ha recorrido un largo camino, el camino de Santiago. Del progresismo a  la trinchera sanguinolenta de La Nación. En ese sendero está acompañado por otros intelectuales, que como escribió Juan José Sebreli, cuando aún era una promesa, antes de recorrer el mismo camino que Santiago, “que siempre habrá quien no pudiendo cambiar la sociedad de clases, decide cambiarse de clase.” Ese es el Santiago que pronunció el discurso de la calle Montevideo,  muy lejos de aquél promisorio joven que posiblemente no reconocería al Kovadloff de hoy.

17-02-2013 
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16 febrero 2013

EL DELICADO MEMORANDO CON IRÁN



El atentado criminal contra la mutual judía va a cumplir 19 años, dos menos que el perpetrado contra la Embajada de Israel. Ambos tienen instigadores, ejecutores, cómplices y encubridores.
Indudablemente esto define diferentes grados de responsabilidad. La investigación del juez Juan José Galeano, en el caso AMIA, con la participación de los fiscales Muller y Barbacchia, adoleció de todos los defectos imaginables: así es como Carlos Telleldin, según la investigación sindicado como el vendedor de la presunta Traffic  utilizada  en el atentado,  habría cobrado 400.000 dólares para que impute a policías de la provincia de Buenos Aires, oferta que fue grabada en el juzgado y pasado luego por televisión. Presencié las declaraciones de Carlos Ruckauf y Hugo Anzorreguy, que si hubieran sido televisadas hubieran producido un revulsivo similar al que produjo la caída del primer juicio oral  por el asesinato de María Soledad Morales. Todo fue tan escandaloso que como en una obra de teatro del absurdo, finalmente los imputados quedaron libres y el procesado fue el juez que investigó la causa.


En el juzgado a cargo del juez  Rodolfo Canicoba Corral, en el año 2006 el fiscal Alberto Nismann  tomó como punto de partida la cuestionada investigación,  la amplió,  y solicitó el interrogatorio de los 8 imputados, seis de los cuales fueron luego incluidos entre los  buscados por Interpol. La medida rige para el ex ministro de seguridad Alí Fallahijan, el ex consejero cultural de la embajada iraní Mohsen Rabbani, el ex tercer secretario de la embajada Ahmad Ashgari, el ex jefe de la Guardia Revolucionaria Mohsen Rezai y el ex jefe de las fuerzas QUDS( Guardias Revolucionarias Islámicas) Ahmad Vahidi. En tanto, el libanés requerido, Imad Moughnieh, está actualmente muerto. Según La Nación del 15 de marzo del 2007:En cambio, no se hizo lugar a la solicitud para arrestar al ex presidente Alí Hashemi Rafsanjani, al ex canciller Alí Akbar Velayati y al embajador en Buenos Aires cuando sucedió el ataque, Hadi Soleimanpour, tal como había rechazado con anterioridad el Departamento de Asuntos Jurídicos de la Interpol, para no propiciar un "conflicto diplomático". Este último fue detenido en Inglaterra y posteriormente dejado en libertad porque la justicia británica consideró que las pruebas enviadas por Juan José Galeano eran insuficientes. Para agregar complejidad a la situación hay que señalar que dos de los interrogados son candidatos presidenciales para las próximas elecciones: Ali Vellayati con muchas chances,  y Mohsen Rezzai con escasas posibilidades y el actual Ministro de Defensa Ahmad Vahidi.
En forma sintética: según Página 12 del 28 de enero, el fiscal Nisman sostiene: “La orden vino de Irán después de una reunión en la que intervino hasta el presidente de ese país, en 1993. El organizador fue el ex agregado cultural Mohsen Rabbani. La parte operativa se coordinó en la Triple Frontera, a nombre de André Márquez. El jefe del operativo habría sido Salmán El Reda, un colombiano convertido al Islam, y casado con una secretaria de Rabbani. La ejecución  del atentado fue obra de un suicida, Ibrahim Berro, llegado desde el Líbano, integrante de Hezbolá. Las pruebas directas no son fáciles de conseguir. Por ejemplo, los hermanos Berro  dicen que murieron en el Líbano y que la reunión cumbre en la ciudad de Mahshad, en Irán, donde supuestamente se planeó el atentado, fue pública y cubierta por la prensa. Con cada parte asentada en su versión, la investigación de la conexión internacional no tiene ningún avance decisivo, de importancia, desde hace 18 años y medio.”       
Durante toda la investigación siempre se privilegió la pista iraní descartando primero la pista siria y luego tomándola en un lugar secundario.
Esta última es la que permitiría entender el encubrimiento del gobierno de Carlos Menem y los intereses diferentes pero confluentes que llevaron a despreciarla por parte de los gobiernos argentinos, norteamericano e israelí. En el terreno local, el escamoteo de la pista siria  diluía el camino para desenmascarar el encubrimiento y coincidía con los intereses de los otros dos países, para los cuales  Irán era y es el enemigo a apuntar.
Esto no significa descartar la responsabilidad de Irán, sino abrir dudas que se fueron incrementando con el tiempo.
Resulta sorprendente que el fiscal Nisman, quien es capaz de describir con lujo de detalles la ciudad donde se planeó el atentado, a 20.000 kilómetros de distancia, resulta inhábil para encontrar los cómplices locales. Incluso casi todas las investigaciones periodísticas descreen de la existencia de la famosa Traffic.
Todo esto se confirma con la aparición de cables de Wikileaks. El diario Página 12 reveló bajo la firma de Raúl Kollman: “Los cables emitidos por la Embajada de Estados Unidos en Buenos Aires y filtrados por Wikileaks a Página/12, revelan que Washington presionó a lo largo de varios años para que no se siguiera adelante con la investigación contra Carlos Menem, el ex juez Juan José Galeano, el comisario Jorge “Fino” Palacios y otros funcionarios por haber frenado y desviado la investigación del atentado a la AMIA. Los oficiales (norteamericanos) de nuestra Oficina Legal le han recomendado al fiscal Alberto Nisman que se concentre en los que perpetraron el atentado y no en quienes desviaron la investigación”, se sostiene en un cable del 22 de marzo de 2008. “La Oficina Legal era, en realidad, un eufemismo, ya que se trataba de la cobertura usada por los hombres del FBI, que eran quienes verdaderamente presionaban para proteger a los que encabezaron la investigación inicial –Menem, Galeano, Palacios–, tradicionalmente afines a las posturas de Estados Unidos. Esto podría ser usado por Irán para cuestionar la credibilidad e imparcialidad de la investigación”, señala en el cable el por entonces embajador de Estados Unidos Earl Anthony Wayne, a quien no parecía preocuparle que la pesquisa por el desvío de la investigación del atentado había sido ordenada por el propio Tribunal Oral que juzgó el caso AMIA. Poco tiempo después, el pedido de procesamientos que emitió Nisman fue convalidado por el juez Ariel Lijo y luego confirmado por la Cámara Federal…… Washington ha usado la causa AMIA como una punta de lanza contra el régimen de Teherán, pese a que éste nunca fue acusado con anterioridad de atentados masivos contra civiles fuera del Medio Oriente. Sí hay imputaciones por asesinato de figuras opositoras en Alemania o Francia, pero no de la colocación de artefactos explosivos o coches bomba. Las únicas dos acusaciones de ese tenor son las de Buenos Aires: la de la Embajada de Israel y la de la AMIA. En un cable emitido cinco días más tarde –también filtrado por Wikileaks y dado a conocer por el diario El País de Madrid–, Wayne dice que van a tratar de averiguar qué otra información desclasificó Nisman de la SIDE y cómo frenar cualquier intento de uso de la nueva investigación por parte de Irán. También destaca las opiniones de dos informantes de la embajada: un importante dirigente de la comunidad judía y un funcionario del Ministerio de Relaciones Exteriores de la Argentina. El dirigente de Familiares y Amigos de las Víctimas del Atentado contra la AMIA, Sergio Burstein, remarcó la dudosa objetividad de la fuente comunitaria citada en los cables de Wayne: Alfredo Neuburger, cuya identidad fue dada a conocer por lo publicado por El País. Al dar a conocer el cable de la embajada, el diario español tachó el nombre de Neuburger en numerosas oportunidades, pero en el punto 8, cometen el error de no hacerlo, con lo que quedó claro que la fuente de Estados Unidos es el funcionario de la DAIA, quien figura nombrado aunque con tachadura en varios tramos del cable del 27 de mayo.”
Santiago O`Donnell en su libro ArgenLeaks escribe: “Los funcionarios estadounidense de la embajada le dijeron a Nisman que se dejara de embromar con la llamada “pista siria” …Al advertir el malestar de los diplomáticos estadounidense por el pedido de captura de Menem, Nisman les aseguró que no iba a insistir con sus averiguaciones acerca de la “conexión local”. Dijo que le había entregado esa investigación al juez Lijo y que de ahora en más se dedicaría a seguir la recomendación que le habían hecho los funcionarios de los Estados Unidos. Escribió el embajador  Wayne: “Nisman aseguró que ya no tendría ningún rol en ese aspecto del caso ( la investigación de la conexión local) y que continuaría enfocado en descubrir nuevas pistas  y fortalecer las pruebas contra los iraníes” ( Páginas 38 y 39)
Horacio Lutzky, en su informe especial “Caso AMIA, La Deuda Interna”, sostiene: “ ...durante los años del gobierno de Carlos Menem fue palpable la tácita prohibición de investigar cualquier factor que llevara a Siria o ciudadanos con vinculación con autoridades de aquél país, siendo que numerosas evidencias archivadas en la causa demuestran que el factor internacional fue una UTE (unión transitoria de empresas) con sede en Teherán y también en Damasco....” A su vez Raúl Kollman, en Página 12 del 17 de julio del 2003, sostiene: “ Uno de los máximos jefes de la SIDE, en la investigación del caso AMIA, Patricio Finnen, reconoció en una reunión interna realizada hace dos años en la central de espías, que los servicios de inteligencia brasileños le enviaron a la SIDE, antes del atentado contra la AMIA, dos advertencias por escrito de que se estaba por producir un ataque en Buenos Aires......también reveló que el dinero para pagarle a Carlos Telleldín salió de unas de las  cuentas que la SIDE tenía en Nueva York, que el borrado de las escuchas telefónicas al armador de autos truchos fue realizado por Marta o Graciela, dos de las mujeres de mayor relieve de la SIDE y que en tiempos de Carlos Menem se le prohibió a la SIDE, de hecho,  toda investigación de la llamada “pista siria”.”
Si en el caso de la AMIA hay una investigación sesgada con múltiples deficiencias, en el caso de la Embajada las sucesivas Cortes Supremas han brillado por su inoperancia llenando folios de un vacío estremecedor. Llamativamente el Estado de Israel no actuó como querellante. La complicidad del gobierno de Carlos Menem quedó exteriorizado desde el momento inicial, con el retiro de la policía en lo que se conoce como zona liberada.
En el juicio por encubrimiento el  juez Ariel Lijo, elevó a juicio oral, con los siguientes imputados  el ex juez Juan José Galeano, los ex fiscales Eamon Mullen y José Barbaccia, el ex presidente Carlos Menem, el ex titular de la SIDE Hugo Anzorreguy, otros jefes de la central de espías como Juan Carlos Anchezar , el ex titular de la DAIA Rubén Beraja, Carlos Telleldín, su esposa y su abogado de entonces, Víctor Stinfale, los comisarios Carlos Castañeda y Jorge Alberto "Fino" Palacios. 

EL PECADO ORIGINAL DE LA DIRIGENCIA ARGENTINO-JUDÍA


Tanto la DAIA (Delegación de Asociaciones Israelitas Argentinas) que tiene la representación política de los argentinos de origen judío, como la AMIA (Asociación Mutual Israelita Argentina) encargada de la asistencia social, son en los hechos una extensión de la Embajada de Israel.
Les sucede como a los partidos comunistas, que eran una prolongación de la política exterior de la Unión Soviética. Los países tienen razones de Estado que muchas veces entran en contradicción con las realidades nacionales. Se puede entender, aunque no justificar, que por razones geopolíticas y de alianzas estratégicas con Estados Unidos, Israel no reconozca el genocidio armenio perpetrado por los turcos, que apoyen el bloqueo a Cuba junto a las Islas Marshall y Palau, que no reconozca los derechos argentinos sobre las Islas Malvinas. Inútil será buscar que la DAIA se pronuncie en contra de esas posiciones. Incluso cumplen el papel en algunas ocasiones que no puede cumplir la Embajada. Así por ejemplo, el 2 de julio del 2010, ante la presencia en el país del presidente sirio, sacó la siguiente declaración: “La DAIA repudia categóricamente la presencia en el país del presidente de la República Árabe Siria, Bashar Al Assad en el marco de su visita oficial por Latinoamérica, incluyendo además a Cuba, Venezuela y Brasil. Bashar Al Assad preside una dictadura en el Medio Oriente, en el que no se respetan los Derechos Humanos, las minorías son perseguidas y los opositores políticos son encarcelados y asesinados. La DAIA, representación política de la comunidad judía argentina, condena el virulento antisemitismo y antiisraelismo que el presidente Assad encarna, y llama a otros organismos, partidos políticos y asociaciones a expresarse en este mismo sentido condenatorio. (Firman: Aldo Donzis, presidente; Dr. Fabián Galante, Secretario). La Embajada se mantuvo en silencio.
Inútil será buscar una declaración condenatoria de la misma institución sobre la política de los asentamientos de colonos israelíes en  territorio palestino. Mucho menos posicionamientos críticos sobre la invasión al Líbano, sino por el contrario, su total convalidación. Una buena oportunidad hubiera sido la presencia en el país del canciller israelí Avigdor Lieberman en el año 2009. Un hombre que con sus características formara parte del gobierno argentino, sería calificado de fascista. Se podrían dar cientos de ejemplos similares.
El autor de estas líneas sostuvo sobre el tema, en el programa 6-7-8 del 28 de enero, que era judío hasta los huesos y argentino hasta los tuétanos. Mi mirada y mi posicionamiento es desde aquí, no me resulta para nada indiferente la suerte del Estado de Israel, como a un descendiente de italiano no le es ajeno lo que suceda en Italia,  pero eso no significa para nada convalidar sus políticas. Consigné  mi escepticismo sobre la dirigencia argentina de origen judío por su limitación en el posicionamiento, el día anterior que el Canciller Timerman se reuniera con las autoridades de ambas instituciones  donde  manifestaron su aprobación, con dudas, del memorando firmado con Irán. En los días siguientes el viraje hacia posiciones antagónicas se fue produciendo, principalmente y primero de la AMIA, donde la presión de la embajada sobre la entente del sector ultraortodoxo y prediluviano del Rabino Samuel Levín en alianza con el rabino macrista Sergio Bergman, que defiende al comisario Jorge “el fino” Palacios, destructor de pruebas, encubridor de la pista siria, acusado por encubrimiento y que fuera designado por Mauricio Macri como jefe de la policía metropolitana y luego desplazado por las escuchas telefónicas, por la que está procesado junto al jefe de gobierno de la ciudad. Es al mismo sujeto, que en un acto de una indignidad superlativa, dirigentes de instituciones argentino-judías homenajearon, como se puede apreciar en la foto de tapa del libro de Horacio Lutzki “Brindando sobre los escombros.” Ahí puede observarse al Fino Palacios brindando con el presidente de la DAIA de aquel entonces José Hercman y con el que años después desempeñaría el mismo cargo Aldo Donzis, que le agradecían su contribución en la investigación de los atentados.
La contratación de un equipo jurídico sesgadamente antigubernamental completa el círculo.
Luego la DAIA se fue mimetizando con los posicionamientos de la AMIA. 
El Canciller correctamente no aceptó el pedido de explicaciones del gobierno israelí al Embajador argentino sobre el acuerdo con Irán. Timerman afirmó que en la Amia no murió ningún ciudadano israelí.  
El empresario de medios oficialista Sergio Szpolski discrepa con la posición de la AMIA y sostiene una opinión opuesta a la que se sostiene en esta nota. Escribió en su diario Tiempo Argentino: “Por ello, más allá de las consideraciones acerca de cómo reaccionaron los dirigentes de la AMIA frente al Memorándum, es gravísimo que no hayan contestado la frase del canciller cuando se refirió a que, como en el atentado contra la sede de la comunidad judía no habían muerto ciudadanos israelíes, ese no era un tema por el que Israel debiera interesarse. Todo lo que le ocurra al pueblo judío en el Estado de Israel o en las comunidades alrededor del mundo es una preocupación del Estado Judío. Esa regla básica fue olvidada por los dirigentes de la AMIA y no merecieron ni media letra en la serie de comunicados que emitieron. Israel, centro nacional del pueblo judío, está ligado espiritual, religiosa y emocionalmente a las comunidades judías donde quiera que estén. Sin que eso signifique una merma en la soberanía de los países en los que esas comunidades se encuentren, ni en la participación ciudadana que los judíos en esas naciones deben llevar adelante como cualquiera de sus compatriotas. Israel está atenta a lo que le ocurre a los judíos, pues su misma creación es la concreción del milenario sueño del pueblo judío de Israel arevim ze la ze, cuya traducción literal es que cada judío está entrelazado con el otro. Israel como Estado Judío no es ajeno a ese precepto. Esa omisión vergonzante que una Comunidad segura de su lealtad al país del que forma parte –en este caso la República Argentina– no puede permitirse, es un daño colateral enorme en este episodio. Afirmar el vínculo de la Comunidad Judía con Israel, y más en la actual situación geopolítica mundial, es algo que la dirigencia de la AMIA debió hacer y no hizo. Quizá fue un olvido, quizá un cambio radical en el modo de entender la historia del pueblo judío.”
Parece mentira, pero es la misma persona que cuando fue tesorero de AMIA fue sometido a un Tribunal de Ética, tras una denuncia presentada por Hugo Ostrower (presidente de la AMIA) y Noé Davidovich (secretario general) por una serie de operaciones irregulares con el Banco Patricios, que tuvo como saldo la desaparición de 3 millones de dólares pocos días antes de que el banco del que era propietario presentara su quiebra. El Tribunal resolvió por unanimidad “que el licenciado Szpolski ha incurrido en gravísima falta ética en el manejo de los fondos de la AMIA y relegó al ex tesorero al destierro para ejercer cargos en cualquier institución comunitaria.”
Es tal vez una mera coincidencia pero no deja de ser significativo lo transcripto por el periodista Diego Melamed en su libro Los judíos y el menemismo”. Ahí puede leerse: “¿Te das cuenta de por qué me robé la plata de los muertos de la AMIA? Tengo una sangre fría que me asombra…..” El joven dirigente terminaba de negociar arduamente una seria cuestión judicial. Al colgar el teléfono me miró fijo y lanzó esa frase que nunca olvidaré.”

VOCES RASGANDO LA IMPUNIDAD


A lo largo de estos 18 años, familiares dejaron en sus discursos en la calle Pasteur o en Plaza Lavalle sus denuncias, dolores y esperanzas. En 1996 con la voz quebrada por la emoción, Diana Malamud cuestionó al presidente Menem: "¿Debemos decirle que la deuda no la tiene sólo con la comunidad judía; que no debe enviarle sus condolencias al embajador de Israel ya que la deuda permanece impaga ante el conjunto de la sociedad y que los únicos muertos que no eran argentinos eran bolivianos? "¿Cómo le explico a Sofía que pasaron dos años y que la muerte de Andrea no se esclarece ni siquiera para prevenir que otros mueran en un tercer atentado? ¿Cómo les explico a las hijas de Nomi que tenemos un gobierno que hizo caso omiso a la información previa sobre un atentado y que no le importó prevenir? ¿Cómo les explico a cientos de familias que mientras no se haga justicia nuestros muertos no podrán descansar en paz? Ellos y nosotros merecemos justicia".
En 1997 el discurso de  Laura Ginsberg llevó al Presidente de la DAIA, Rubén Beraja, cómplice del ocultamiento, a pedir disculpas. Laura dijo: Yo acuso al gobierno de Menem y Duhalde de consentir la impunidad….. Yo acuso al gobierno de Menem y Duhalde de encubrir la conexión local que sirvió para matar a nuestros familiares (...) Sólo cuando se haga justicia, nuestros muertos podrán descansar en paz.”
En julio 1999, Marina Degtiar en su discurso dijo entre otros conceptos y denuncias impactantes: “Cómo decirle a mi bebé que a Mirta, Olegario, Juan, Mónica, Ingrid, Adhemar, no les respetaron su derecho a la vida, el que tiene todo ser humano, y que muchos de aquellos que debían colaborar en la investigación para encontrar a los culpables, forman hoy parte de las hipótesis del atentado. Cómo hacerle entender que en la Argentina hay políticos que se olvidan del crimen más brutal que haya sufrido nuestro país y que los policías son parte de la banda que colaboró para que se cometa esta tragedia…… Tengo una mezcla de sensaciones confusas. Junto al entrañable amor que toda madre siente por el hijo que va a nacer, crece una tremenda sensación de asco. Asco por todas las cosas que le tendré que explicar a mi hijo, producto de la desidia de los hombres……. Todos aquellos que, desde el poder, no hicieron todo lo que pudieron hacer, Nos dan asco. Los principales gobernantes de nuestro país, desde Menem a Duhalde, desde Corach a Ruckauf, han carecido de la necesaria decisión política para ponerse al frente de los organismos de seguridad e inteligencia exigiéndoles, que cueste lo que cueste, caiga quien caiga, trabajen para encontrar a los culpables. Por esta actitud deleznable y sospechosa, Nos dan asco….. Sr. Presidente Menem: su desinterés, su silencio, resultan cada vez más vergonzosos. Su sospechosa actitud y la cada vez menos comprensible falta de decisión política para resolver la tremenda masacre, que no hace más que perpetuar en la historia argentina la impunidad, bandera que enarbola su gobierno: Nos da asco. No siente vergüenza al expresar, con orgullo, que su gobierno en 10 años cambió la historia. ¿A costa de cuánto crimen impune? ¿De cuánto encubrimiento, corrupción y discriminación? Usted y su gobierno ególatra, soberbio y farandulero, ¿podrán dormir en paz cuando dejen el poder, con dos atentados sin resolver y en los que Usted pudo hacer algo? Tamaña impunidad nos da asco……. La impunidad con la que el Gobernador Duhalde expresó su célebre y lapidaria frase: “la Policía de la Provincia de Buenos Aires es la mejor del mundo”, Nos da asco.”
El discurso pronunciado por Sergio Burstein el 2011 provocó la reacción de las autoridades de la AMIA, aunque avanza en el mismo sentido que la investigación judicial. Entre otras cosas dijo: “Da asco tanta hipocresía, no necesitamos el pésame del estado iraní, menos aun de un negador del Holocausto que tiene como fin eliminar a todos los judíos del mundo, Ahmadineyad el nuevo Hitler. No necesitamos solidaridad y pésames, entreguen a los ocho prófugos de la justicia por su presunta responsabilidad en el atentado a la AMIA si realmente quieren que esta causa se resuelva.
Sus funcionarios tienen las manos llenas de sangre, pero no como las de los heroicos rescatistas que intentaron salvar a las víctimas del odio irracional, sino como criminales que son. El gobierno nacional en estos últimos cuatro años en las Naciones Unidas ha denunciado duramente y con firmeza la actitud de Irán que protege a estos asesinos reclamados por la justicia argentina por idear, planificar y llevar adelante el atentado a la AMIA. Ningún país miembro de este organismo puede ignorar este hecho que no entristeció sólo a los argentinos sino a la humanidad toda.
Aun así, la Cancillería de Bolivia, invitó hace poco al prófugo de la justicia argentina, el Ministro de Defensa iraní Ahmad Vahidi a inaugurar una nueva Escuela de Defensa del ALBA.
Fue recibido con honores por el presidente Evo Morales quien estrechó su mano. Mano teñida por la sangre de 85 personas asesinadas en la AMIA entre las que se encuentran, oh paradoja, seis ciudadanos bolivianos……
Contra el terrorismo y contra quienes albergan a terroristas hay que actuar con firmeza y sin concesiones de ninguna índole. Nuestro gobierno debe reclamar con firmeza por este hecho, más aun cuando el responsable es el gobierno de Bolivia, un país hermano.
Pero no nos quedamos sólo en la denuncia y en el reclamo sino que para que situaciones similares no se repitan, le proponemos a la presidenta Cristina Fernández de Kirchner que lleve adelante en foros internacionales nuestra propuesta para que a ningún prófugo por delitos de lesa humanidad le asista la inmunidad diplomática, herramienta que en este caso, sólo garantiza impunidad.
Estamos aquí doloridos pero orgullosos, porque no bajamos la mirada, porque tenemos dignidad, porque nunca tiramos la honra a los perros, porque reconocimos nuestros errores y no sucumbimos en la necedad de defender la mentira.”
Estamos aquí, y expresamos lo que sentimos, resultado de lo vivido en estos largos 17 años. Estamos comprometidos con la verdad y nunca medimos las consecuencias personales que nos ocasione el luchar por conocerla.
Aquí no hay espacio para los caprichos o escenas histéricas, somos los que asumimos nuestros compromisos y cumpliremos siempre con la promesa y la palabra empeñada con ellos, los únicos importantes.
A 17 años, una vez más decimos, que nos robaron la vida, pero no les vamos a entregar el alma. ¡VAMOS A SEGUIR LUCHANDO! ¡JAMAS OLVIDAREMOS! ¡JAMAS PERDONAREMOS! ¡JAMAS CLAUDICAREMOS!”

EL DELICADO MEMORANDO CON IRÁN


El gobierno realiza una jugada de alto riesgo reafirmando que está en su ADN el asumir posiciones arriesgadas. Decide movilizar una causa congelada, lejos de la fecha conmemorativa. Escribió Horacio Verbitsky en Página 12 del 10 de febrero: “El viraje de AMIA y DAIA abre la posibilidad de que el juez Canicoba Corral pueda indagar a los acusados, fue influido por el gobierno de Israel y el fiscal Nisman. La Argentina fue víctima de una guerra en la que no participa ni decide. Los servicios de inteligencia israelíes se atribuyen los datos útiles en la causa, los estadounidenses apuntan a Irán y los argentinos operan contra el acuerdo junto con Nisman.” Resulta sorprendente que el fiscal actúe de este modo, lo que permite sospechar la endeblez de la investigación realizada. La justicia británica dejó en libertad a Hadi Soleimanpour, ex embajador de Irán en Argentina, porque el pedido de extradición argentino estaba mal hecho.  Más adelante el columnista afirma: “El artículo 295 dice que sólo podrán asistir a la declaración del imputado su defensor y el fiscal, mientras el Memorándum plantea que “la Comisión y las autoridades judiciales argentinas e iraníes se encontrarán en Teherán para proceder a interrogar a aquellas personas respecto de las cuales Interpol ha emitido una notificación roja.” Esta es una contradicción sólo aparente, ya que el Memorándum no afirma que todos los mencionados deban participar de un mismo y único acto. Además, el Memorándum dice que las preguntas de la Comisión se dirigirán “a los representantes de cada parte”, es decir de los respectivos gobiernos, a los que luego formulará sus “recomendaciones”, que no serán obligatorias para el juez. Asesores de la Cancillería interpretan que si el Congreso aprueba el Memorándum, esa ley modificaría ese artículo del Código Procesal, sólo para este caso. Otras lecturas jurídicas replican que el código es una ley general, con reglas que se deben aplicar a todos los casos. De cualquier modo, si tanto el juez y el fiscal como el imputado consienten la presencia de la comisión, como garante de que se aplique la ley, nadie podría objetarlo, si bien los comisionados no preguntarían en ese acto. La función de la indagatoria es que los imputados conozcan con exactitud de qué se los acusa y puedan defenderse, con lo cual sería extraño que produjera información relevante para la acusación que, se supone, ya la ha reunido por otros medios. También pueden elegir callar, como garantiza la Constitución en su artículo 18. En cualquier caso, se entiende el escepticismo acerca de su importancia para conocer la verdad. Pero esto no variaría si el juez Rodolfo Canicoba Corral los indagara en Buenos Aires, dada la índole del acto procesal necesario de la indagatoria. Lo que sí podría cambiar es la secuencia posterior. Si después de oírlos el juez decidiera que son firmes las pruebas para detenerlos, la probabilidad de que su orden fuera acatada en Teherán es ínfima. Ni aún en esa hipótesis la causa habría retrocedido porque los sospechosos pasarían a ser procesados y si la comisión de juristas coincidiera con la opinión del juez reforzaría en forma notable la posición argentina. Ese sería un mal resultado para Irán, cuya máxima aspiración sería que Canicoba les dictara la falta de mérito y levantara la orden internacional de captura, algo que sólo él puede hacer. En ese caso, la frustración del anhelo de justicia no podría atribuirse al Entendimiento, sino a la endeblez de las pruebas. Aún así, se habría dado un paso hacia la verdad, cosa que no es seguro que motive a Israel y Estados Unidos. No sería razonable pretender que a partir de este acuerdo desaparecieran todas las dificultades objetivas existentes. Pero tampoco resulta lógico desdeñar la posibilidad que se abre.”
Una causa de semejante envergadura es un caso claro de caer bajo el concepto de una política de estado, por lo que no puede analizarse bajo el prisma de la dicotomía kirchnerismo- antikirchnerismo.
En síntesis: una jugada audaz para intentar destrabar una causa congelada, teniendo enfrente un gobierno complicado, en proceso electoral, con pronunciamientos canallescos como el negacionismo o minimización del holocausto, y una diplomacia astuta y milenaria. Bastaría imaginar lo que significaría para la Argentina tratar de resolver un conflicto con  un país que niegue la existencia del terrorismo de estado   durante los años de plomo.
Héctor Timerman lo expresó con claridad y dramatismo: “Me tengo que reunir con gente que no quería reunirme. Lo hice porque creo firmemente, de corazón, que podemos llegar a movilizar la causa. No es ningún placer para mí sentarme con negadores del Holocausto. Hubiera preferido no tener que hacerlo.”  
También es rigurosamente cierto que Irán reúne las características funcionales para ser colocado en el lugar de culpable, saltando sobre pruebas y evidencias endebles. Y que el Memorando deja interrogantes y dudas que sólo el futuro con su carga de incertidumbres dilucidará.
Como siempre, entre los familiares más críticos, se destacó la intervención de Laura Ginsberg, titular de APEMIA en la Comisión del Congreso, que con su habitual dureza y capacidad expositiva señaló: “Esta es la ley de punto final de la Causa AMIA…..el cierre que el gobierno está buscando para sacarse de encima la causa de encima.” 
La oposición en la Argentina, como quedó demostrado en el encuentro con el Canciller, muestra una precariedad argumentativa que desnuda su condición de comentarista de los actos del gobierno potenciado hasta el infinito por su subordinación y articulación con los medios dominantes.
 A Cristina Fernández le hubiera resultado más sencillo dejar todo como está. Pero justamente hace la diferencia saltando sobre lo fácil, aún con el enorme peso que implicaría un fracaso posible de consecuencias imprevisibles.     

14-02-2013
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